Comercios ubicados en el Centro Comercial La Cascada, del kilómetro 21 de la carretera Panamericana, se vieron gravemente afectados durante las manifestaciones que mantuvieron los vecinos de Colinas de Carrizal en donde Guardias Nacionales Bolivarianos utilizaron gases lacrimógenos y perdigones para repeler a los protestantes.
Debido a los disturbios en las adyacencias del centro comercial los administradores y trabajadores del recinto decidieron bajar las santamarías para evitar el ingreso de personas a las instalaciones, lo que significó una elevada pérdida en las ventas según informaron algunos dueños de las tiendas.
“Tuvimos que cerrar el centro comercial por temor a que la GNB se metiera e hiciera desastres aquí adentro, porque estaban disparando muy cerca y como había personas que corrían a refugiarse temíamos que se pusieran a perseguirlos”, manifestó el dueño de una tienda de ropa que prefirió mantenerse en anonimato por temor a represalias.
Dicha acción provocó al menos un 70% de pérdidas en las ventas, ya que muy pocas personas se acercaron hasta la zona para adquirir algunos rubros. Sin embargo, el local que más afluencia presentó fue el supermercado.
“Aproveché para subir rápido a comprar algunas cosas, porque con esta situación uno nunca sabe. La GNB estuvo toda la mañana y toda la tarde bombardeando la urbanización. Tuve que dar la vuelta por el Don Pedro porque cerraron el acceso por la pasarela”, afirmó Rosa Gutiérrez.
Por otra parte, los comerciantes tildan estas últimas semanas de “nefastas”, debido a que por la situación que atraviesa el país se han visto obligados a disminuir el horario laboral en l a mayoría de las tiendas.
“Tenemos que cerrar más temprano, carnaval no estuvo tan movido como los anteriores, las ventas fueron muy escasas y no alcanzan para pagar las deudas que originan las tiendas”, expresó Wilmer Parra.
A pesar de las puertas cerradas y la puesta en alerta de los comerciantes, algunos visitantes dieron fe de haber visto a algunos GNB dentro de las instalaciones dando vueltas. “Al perecer estaban persiguiendo a alguien, porque se escondían detrás de las columnas. Algunas personas corrían para acá, a pesar que los gases llegaron muy cerca y se sentían en el aire”, dijo Patricia Marín.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21