Desde hace más de cuatro meses algunos habitantes y amas de casa de Matica Abajo se quejan debido a que el camión de Pdvsa- Gas, encargado de distribuir las bombonas en todos los rincones del municipio, no “aparece” por la zona.
“Hace mucho tiempo que no viene, hay que hacer magia para buscar la bombona. La mayoría debe ir a otros lugares a comprarlas”, manifestó Ramón Coello.
Debido a esta problemática que mantiene en vilo a todos los vecinos de los Altos Mirandinos muchos han decidido comprar cocinas eléctricas para resolver la falla.
Las irregularidades en la distribución del importante rubro ha llevado a que los tequeños deban dirigirse hasta el centro de distribución ubicado en Los Cerritos, donde se encuentran con una kilométrica cola desde tempranas horas de la mañana y se enfrentan con la completa ausencia del producto.
“Nos paramos temprano para ir hasta Los Cerritos, donde la gente amanece en la calle; en la puerta nos dicen que no hay gas. Esto es inaudito, cómo en un país petrolero no vamos a tener gas. El camión viene cuando le da la gana, sino hay que estarlo cazando y muchas veces te venden las bombonas con sobreprecio, pero igual uno lo paga por necesidad”, declaró Emily Gutiérrez.
Abarrotados de basura
No sólo el camión de Pdvsa-Gas pasa “cuando le da la gana”, los vecinos de Matica Abajo informan que el del aseo urbano, adscrito a la Alcaldía de Guaicaipuro, no recolecta los desechos sólidos regularmente, lo que ha ocasionado la formación de enormes montículos de basura que obstaculizan la carretera principal y hasta los accesos a ciertas viviendas de la localidad.
“Estamos literalmente enterrados bajo la basura. El camión pasó el miércoles, pero no ha venido más. Garcés prometió que el aseo pasaría interdiario, cosa que no ha sucedido y que se evidencia observando las montañas de desperdicios que hay en la calle”, dijo Gutiérrez.
Por otra parte, habitantes del sector claman por la pronta fumigación de las áreas adyacentes ya que las casas permanecen invadidas de ratas, gusanos, moscas, ratones y chiripas que pululan entre los restos de basura.
Algunas madres se muestran preocupadas por un brote de enfermedades debido a que los olores desagradables entran a las viviendas día y noche.
“No se puede vivir así, los vertederos están llenos de bolsas y Garcés no hace nada. Aquí hay niños pequeños que pueden enfermarse por la acumulación de basura”, manifestó Gutiérrez.
Troneras por doquier
La vialidad principal que da entrada al sector tequeño se encuentra colmada de huecos de diferentes tamaños que dificultan el tránsito vehicular, algunos vecinos aseguraron que la carpeta asfáltica no ha sido renovada dese hace más de un año.
“En la entrada hacia Matica Abajo se pueden ver las alcantarillas llenas de huecos, esto representa un peligro tanto para conductores y motorizados como para los transeúntes que caminan por el lugar”, indicó Dolores Umbría.
Sumado a ello, el camino no cuenta con señales de tránsito ni rayado que delimite los canales viales, así como tampoco aceras por donde los peatones puedan circular sin correr el riesgo de ser arrollados.
Sin áreas recreativas
Los niños y jóvenes del lugar perteneciente a La Matica no cuentan con canchas ni espacios recreativos donde jugar durante las horas libres de actividades escolares.
En la zona únicamente hay un terreno donde los vecinos improvisaron una cancha de bolas criollas en la cual se reúnen durante los fines de semana para “echar partidas”.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21