Residentes del 23 de Enero hartos de tanta basura

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Las moscas y ratas mantienen azotadas a las viviendas cercanas al vertedero de desechos que se apuesta en uno de los sectores de la comunidad, por lo que los vecinos protestaron quemándola en medio de la carretera

Un enorme montículo de basura se apuesta a uno de los lados de la vialidad principal, la cual en ciertas oportunidades obstaculiza gran parte del paso vehicular por la zona popular tequeña.

Algunos vecinos que hacen vida en la localidad aseguran que el camión del aseo urbano, del cual la Alcaldía del municipio Guaicaipuro es encargada, no pasa desde hace más de una semana, por lo que los desperdicios se han ido acumulando en una de las paredes que delimita el camino.

“El camión del aseo tarda demasiado en pasar, muchas veces circula por acá y no se lleva todas las bolsas, sino que pasan de largo. Necesitamos que la ruta de recolección sea interdiaria, sino que  pasen durante las noches, pero que resuelvan este problema”, manifestó Ingrit Mora.

Por su parte, las viviendas cercanas al lugar permanecen azotadas por la gran cantidad de moscas que se reproducen diariamente en el sector, además de los malos olores que emanan los diversos desechos orgánicos que se pudren día tras día.

Un brote de enfermedades estomacales, respiratorias o tópicas es lo que tanto temen los habitantes de dicha zona, por lo que claman a las autoridades la mejora en el servicio público.

Los vecinos, como medida de protesta del mal servicio, colocaron las bolsas del vertedero en medio de la calle donde le prendieron candela a los desechos y obstaculizaron el paso vehicular.

Huecos “para regalar”

La carretera principal que conduce hasta la barriada del 23 de enero luce colmada de troneras de diferentes tamaños, lo que hace que los conductores deben circular con más precaución para así evitar sufrir accidentes.

“Tenemos demasiados huecos aquí, la vía no la asfaltan desde hace más de año y medio y lo que falta, porque ni siquiera se ven movimientos, ni mucho menos ganas de trabajar por parte del Alcalde. De verdad que hace mucha falta un cariñito para esta carretera”, indicó Mora.

Muchos de los habitantes han decidido tapar los baches con tierra y algunos retazos de escombros para así aliviar un poco la problemática, pero esta medida no es suficiente, ya que cuando llueve o con el constante paso de vehículos los huecos nuevamente se van abriendo.

Asimismo, los conductores que pasan por el lugar ya sea para recortar camino o dirigirse a alguna de las viviendas de la comunidad, se quejan por el mal estado de la carpeta asfáltica, que les ocasiona severos daños a los automotores.

“Ya uno lo piensa dos veces si pasar o no por aquí por la cantidad de cráteres. No hay repuestos y si se te llega a dañar algún caucho, amortiguador o cualquier otra pieza pasas las de Caín para encontrarlo. Hacemos un llamado a Garcés para que se digne en hacer su trabajo y arregle el municipio”, dijo Anthony Umbría.

Ausencia de caminerías

Los peatones que caminan para poder llegar a sus respectivas casas o salir de ellas deben hacerlo por pleno paso vehicular, arriesgándose a ser arrollados por los vehículos o motos, todo esto debido a la ausencia de aceras.

“Es un peligro tanto para nosotros como para los niños que van al colegio. Como madre uno se preocupa mucho por el bienestar de sus hijos y esta situación no es vida. Los motorizados pasan como alma que lleva el diablo y algunos carros también, sin importarles si hay niños en la vía”, declaró Mora.

Caminando y manejando “a tientas”

El alumbrado eléctrico de la vialidad principal es “pésimo”, según expresaron algunos vecinos, lo cual se debe a que algunos de los bombillos de ciertos postes están quemados desde hace meses y, pese al llamado que han hecho los afectados, aún siguen sin ser remplazados.

“¿Gas? ¿Eso existe?”

Desde hace más de tres los consumidores que habitan en la populosa localidad no cuentan con el servicio de distribución de bombonas por parte de la empresa Pdvsa-Gas, por lo que deben dirigirse hasta el centro de Distribución de Los Cerritos donde hacen kilométricas colas para poder adquirir el preciado rubro.

“El gas ya no existe, se esfumó, tenemos que hacer magia para poder darle comida a nuestros hijos. Ir a Los Cerritos es una misión imposible, porque nunca hay bombonas y muchas veces te venden con sobreprecio o no te dan el vuelto”, inquirió Marianela González.

Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21

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