Colas, precios y poder adquisitivo

Alberto José Hurtado B.

 

El uso excesivo de los controles de precios como política económica fundamental del gobierno nacional encuentra justificación en la necesidad de proteger a los consumidores de los «ataques especulativos» llevados a cabo por actores económicos con fines políticos; garantizar el acceso a bienes y servicios de los grupos de venezolanos menos favorecidos; y sustituir el papel de los precios por el rol planificador del Estado en la actividad económica

Los resultados muestran un profundo desequilibrio entre oferta y demanda, debido a que las cantidades que están dispuestos y pueden demandar los consumidores son considerablemente superiores a la cantidad de producto disponible, evidenciándose un clima de escasez en todos los mercados donde el precio del producto está regulado (bienes de primera necesidad, divisas, autos, motos y próximamente boletos aéreos).

La compra de los bienes y servicios en la economía así distorsionada se supedita a dos alternativas: a) mecanismo de racionamiento, colas, chips o «tarjetas de abastecimiento», que aseguren la «cantidad justa e indispensable» para cada consumidor; y b) mercado negro, espacio donde existe disponibilidad de productos a precios muy superiores al oficial. Esta última opción «utilizada para enmascarar actividades ilícitas» es la empleada por la mayoría de los venezolanos para adquirir sus productos, los precios allí establecidos son la medida del costo de oportunidad de incursionar en el mecanismo de racionamiento y reflejan el verdadero poder adquisitivo del bolívar.

Participar de las colas para adquirir productos a precio regulado, sin considerar su costo de oportunidad, da la posibilidad de conseguir algo que se desea intensamente a «precio justo» (harina, azúcar, arroz, papel higiénico, toallas sanitarias, entre otros), refleja la ilusión de los consumidores que creen ver aumentar su capacidad de compra por el cambio en los precios. Es un espacio que refuerza la tendencia de los agentes económicos a introducir cambios en su comportamiento como consecuencia de variaciones en las magnitudes monetarias (o nominales).

Percibir de manera errónea las alteraciones de las variables económicas influye en el comportamiento de los individuos, hogares y empresas; desdibuja el verdadero poder adquisitivo del dinero; y refuerza el análisis nominal de la economía venezolana. Pensar que las colas reflejan la verdadera capacidad de compra del venezolano es una explicación inadecuada pues evita considerar los efectos de los precios y privilegia la descripción de resultados económicos en bolívares.

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