¿Diálogo?

 

 

 

Leandro Rodríguez Linárez

Twitter: @leandrotango

 

 

 

Sí la paz de Venezuela pasa por un dialogo la solución de los conflictos presentes es harto difícil. El gobierno solicita a los líderes opositores sentarse para discutir los punto álgidos que permitan decantar ánimos y retornar a la paz relativa que poseíamos, entre otras cosas, la oposición venezolana desde al menos una década ha solicitado sin ser oída cambios estructurales en la conducción del país, en lo que se refiere a la economía, la política y lo social. Lamentablemente, hay que decirlo, los últimos años Venezuela no presenta indicadores reales de mejoría, por el contrario, flagelos como la inseguridad, la inflación y la escasez merman prodigiosamente la calidad de vida de todos los habitantes de éste país, sin importar tendencia política.

La joya de la corona es el denominado “Plan de la Patria” que no es más que la profundización de todas las políticas que viene aplicando la denominada revolución en todos los aspectos de la vida nacional; la gran pregunta ¿estará dispuesto el gobierno nacional cambiar o modificar su principal oferta electoral, bautizada como el “Legado de Chávez”? o en todo caso ¿estará dispuesta la oposición aceptar dicho plan al cual se le ha confrontado tajantemente desde sus inicios? He ahí el dilema.

Lo resaltante es que, a diferencia de épocas anteriores en que el gobierno pudo superar previas crisis y continuar con su rumbo unilateral, hoy día las cosas son distintas, necesita el concierto de factores económicos privados y el apoyo político de la oposición, el país presenta graves problemas económicos ligados a la improductividad, a los crecientes problemas para lograr abastecer el mercado interno con importaciones, así mismo, en el plano político se encuentra debilitado como consecuencia del detrimento de la calidad de vida, el panorama no es nada sencillo.

Entonces, el dialogo sincero, honesto, funcional debería encontrar ambas posiciones radicalizadas, lograr consensuar en lo que históricamente han divergido y hacer renacer un nuevo país con metas comunes, alejado de las divisiones que ambos sectores han venido cosechando todo este tiempo, el dialogo debe ser de hechos, no de palabras ni promesas ¿será posible? La otra posibilidad está anegada de incertidumbre, sería dejar que la propia dinámica nacional determine el desenlace a través de las presiones del sistema, de sus apoyos a los distintos sectores hasta que se imponga uno, no por factores de poder ni recursos, sino respondiendo naturalmente a la lógica del país (social, política y económica) que tarde o temprano será la que venza.

 

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