Mueran la inteligencia y la academia

Igualmente significativo es el saqueo, destrozo e incendio de la biblioteca de la Universidad. No podemos dejar de pensar en Hitler, en el nazismo violador de derechos e impositor de su doctrina por encima de la vida

Paciano Padrón

E-Mail: pacianopadron@gmail.com. Twitter: @padronpaciano.

En nuestra vapuleada historia republicana, gobierno alguno había atacado y atropellado las universidades como el régimen de Maduro, que con hechos afirma: mueran la inteligencia y la academia. Para el momento en que escribo estas líneas, dieciocho universidades han sido atacadas por la Guardia Nacional, la Policía y los paramilitares que sirven al gobierno comunista y procubano del ilegítimo Maduro, que no solo allana autonomía, sino que daña infraestructuras y, peor aún, atropella, hiere y veja a los estudiantes. Ya basta. Para que vivan la inteligencia y la academia, el gobierno debe cambiar o debe ser cambiado. No debe gobernarnos un régimen de muerte que hiere y pretende asesinar la democracia y la libertad.

El incendio que produjeron los paramilitares conducidos por policías cubanos y protegidos por la Guardia Nacional en la Universidad Fermín Toro de Barquisimeto, es tal vez la mejor expresión del primitivismo de un gobierno que manifiesta su desprecio por la academia. Este pasado lunes 5 de mayo prendieron fuego y lograron incendiar más del 40% de las instalaciones de esa Alma Máter, lo que afecta a más de cuatro mil estudiantes que ven paralizadas sus actividades docentes y de investigación. Los bomberos de Barquisimeto -de la Alcaldía democrática del Municipio Iribarren- requirieron de 6 unidades y de 45 funcionarios para detener el fuego, una vez que este había destrozado la Facultad de Derecho y áreas comunes, mientras los bárbaros saquearon y destrozaron la biblioteca.

Destruyeron con fuego la Facultad de Derecho, donde he tenido el privilegio de participar en actividades académicas y dictar conferencias. Tal vez resulta simbólica la destrucción de esa Facultad, ya que querían y quieren acabar con el Derecho, les fastidia que haya abogados que levantan la voz y luchan contra la manipulación de las leyes, no obstante que el gobierno controla todo el aparato judicial venezolano, incluidos la policía científica, el Ministerio Público, los tribunales y los otros órganos auxiliares. La “justicia” está al servicio del régimen, y actúa conforme a los mandamientos de Maduro y el cogollo.

Igualmente significativo es el saqueo, destrozo e incendio de la biblioteca de la Universidad. No podemos dejar de pensar en Hitler, en el nazismo violador de derechos e impositor de su doctrina por encima de la vida; cómo olvidar las quemas públicas de pilas de libros, pretendiendo incinerar las ideas de libertad e igualdad, intentando dejar sobre la faz de Alemania y el mundo únicamente la ideología excluyente y criminal del nazismo hitleriano.

El ataque a la Fermín Toro -universidad que lleva el nombre de uno de los más ilustres próceres civiles de la República- no es un hecho aislado sino parte de un plan sistemático para desestabilizar la academia y castigar y atemorizar a los estudiantes que luchan en la calle por la libertad, contra el gobierno represivo que usa métodos desproporcionados e inconstitucionales para intentar hacerlos desistir, métodos que van mucho más allá del gas del bueno y de los perdigones, para dar paso a las balas que eliminan vidas y matan esperanzas.

Las Universidad Central de Venezuela -nuestra rectora e inspiradora primera casa de estudios superiores- ha sido varias veces atacada inclementemente, tanto en Caracas como en el Núcleo de Maracay donde funcionan las facultades de Agronomía y Veterinaria; en sus salvajes ataques, los paramilitares han llegado hasta desnudar a un estudiante para exhibirlo sin ropa, en intento de amedrentar a sus compañeros, quienes responden con calle y más calle. También han sufrido atropellos LUZ, UCLA, UCAB, UDO, URBE, URU, Carabobo, UPEL y hasta la UNEFA, entre otras. Los atropellos no matan la academia, cuando la inteligencia y el ímpetu de la juventud universitaria la defienden con todo. Viva la Universidad, muera la violencia; vivan la libertad y la democracia, muera el atropello intolerante, la ineficiencia y la corrupción.  Viva la vida, muera la muerte.

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