Los habitantes de la barriada tequeña aseguran que la Alcaldía de Guaicaipuro no ha comenzado las reparaciones prometidas hace más de un año, luego de que se produjera un derrumbe que fracturó por completo la zona y que mantiene en riesgo a más de 80 familias
Desde hace un año los habitantes de la calle Fermín Toro de la comunidad La Matica están esperando las reparaciones prometidas por los entes municipales para subsanar los daños causados por las lluvias pasadas, las cuales provocaron un gran deslizamiento de tierra que afectó al menos a una vivienda y tapió unos cinco vehículos que se encontraban aparcados en un estacionamiento, los cuales resultaron con pérdidas totales.
Para la fecha el terreno continúa cediendo, poniendo así en alto riesgo a las demás casas que aún se encuentran en pie en dicho punto de la barriada tequeña, donde los vecinos temen por sus vidas, ya que sin el mantenimiento adecuado cualquier llovizna puede ir socavando más la tierra.
“La semana pasada vinieron unos ingenieros de Corpomiranda a constatar la situación, vieron los trabajos que tienen que reformar y quedaron en venir nuevamente para comenzar la reparación”, declaró Carlos Rodríguez, habitante de una de las viviendas del lugar.
Según informó Rodríguez, Corpomiranda prometió la construcción de un muro de contención para evitar que el terreno se siga desmoronando y garantizar que los vecinos puedan reconstruir sus casas.
“Han estado viniendo, lo que sucede es que con el problema que hemos tenido de guarimbas todo se retrasó, pero ya nos dijeron que algunas familias serán reubicadas porque el terreno es inestable”, dijo Rodríguez.
Por otra parte, al menos ocho de las viviendas construidas en esta zona de la ciudad capital se encuentran “guindando” sobre la carretera principal, por lo que los habitantes claman al alcalde Francisco Garcés comenzar los trabajos prometidos antes de que comience la temporada de lluvias.
Caminerías resquebrajadas
El acceso peatonal hacia algunas de las casas se ha visto interrumpido debido a que el derrumbe no solo provocó la caída de una de las viviendas sino que fracturó por completo el terreno, por lo que las caminerías están totalmente rotas y a punto de colapsar.
“Da miedo caminar por allí porque uno siente que en cualquier momento se va a venir abajo. No han hecho ninguno de los trabajos que nos prometieron. Es más, cuando esto sucedió el alcalde era Alirio Mendoza, el cual como ya estaba terminando su mandato nos dijo en esa oportunidad que eso no era ya problema de él, pero Garcés tampoco ha hecho nada”, mencionó una de las vecinas que no quiso ser identificada por temor a represalias.
En el lugar aún se evidencian restos de escombros de las casas que se han ido cayendo poco a poco, el estacionamiento adyacente se encuentra aún en gran parte tapiado por la cantidad de tierra deslizada.
Poste eléctrico
“a punto de caramelo”
Los postes eléctricos ubicados en el sector se vieron igualmente perjudicados por la fractura de la zona, por lo que se encuentran doblados y a punto de colapsar pudiendo provocar un accidente lamentable.
A pesar de que el servicio de electricidad no se vio afectado por el deslizamiento, los vecinos piden su revisión, pues se encuentra en mal estado.
“Hay un poste que desde hace tres años bota aceite, ya hemos colocado la denuncia en Corpoelec, pero hasta la fecha no han venido a repararlo. La directora nos dijo en una oportunidad que hasta que no se explotara no lo iba a cambiar”, aseveró Rodríguez.
Llenos de maleza
Otro de los problemas que deben enfrentar los conductores que circulan por la calle Fermín Toro es la falta de desmalezamiento, las cuadrillas de limpieza de la alcaldía y de Corpomiranda no han hecho acto de presencia desde hace más de un año.
Por tal motivo el monte obstruye gran parte de la vialidad por donde diariamente transita un gran número de vehículos.gf
Cero Patrullaje Inteligente
Los vecinos del referido sector perteneciente a La Matica aseguran que el patrullaje policial se observa muy poco por la localidad, por lo que los índices de inseguridad se han ido incrementado causando “dolores de cabeza” a los residentes.
“Particularmente no he visto nunca una patrulla por acá”, dijo Rodríguez.
Ronald Gil
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