Aguas negras, alcantarillas destapadas, maleza, huecos y oscuridad hacen de las suyas cada día en la avenida Francisco de Miranda, conocida antiguamente como la Arvelo, por lo que los peatones y conductores que utilizan dicha arteria vial regularmente piden a las autoridades competentes las debidas reparaciones.
Durante las noches los transeúntes se quejan de la oscuridad que impera a lo largo de la mencionada avenida, pese a que la misma cuenta con postes de alumbrado eléctrico.
“Hay postes, pero muchos tienen los bombillos quemados o simplemente no alumbran bien. Esa zona es una boca de lobo y esto atrae a motorizados que se la pasan atracando a los que esperan las camionetas en las paradas de la zona”, dijo Arnaldo Cárdenas.
Por otra parte, la falta de desmalezamiento por parte de la cuadrillas de limpieza de la Alcaldía de Guaicaipuro y Corpomiranda ha causado que el follaje obstaculice gran parte de las caminerías obligando a los peatones a caminar por la carretera.
“La maleza tapó una parte de la acera, por eso pedimos a Francisco Garcés que mande a sus trabajadores a limpiar el sector, si alguien resulta atropellado nadie le va a pagar nada”, manifestó Cárdenas.
Otro de los problemas que deben enfrentar los peatones de la Miranda es evitar caer en las alcantarillas que se encuentran sin rejillas, las cuales ponen en riesgo a las personas que caminan hacia el terminal de pasajeros de Caracas y San Antonio de Los Altos.
“Uno tiene que andar con cuatro ojos para evitar que los motorizados te roben y para no caer en los huecos, hasta la acera los tiene, cosa que solo se ve en este municipio. No entendemos el por qué de esta situación, sólo queremos que resuelvan”, indicó Cárdenas.gf
Cloacas “a granel”
Algunos botes de aguas negras provenientes de las viviendas aledañas a la avenida impiden el tránsito peatonal por el lugar ya que forman una enorme laguna maloliente que deteriora la carpeta asfáltica.
“Esas aguas negras llevan años allí y ningún alcalde se ha dignado a reparar la falla, esto causa que los olores nauseabundos inunden la avenida y afecten a trabajadores, vecinos y visitantes”, expresó Mayte Matos, trabajadora del sector.
Ronald Gil
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