
En Caracas siempre hay algo que hacer. Pese a las circunstancias adversas que vive el país, la capital permanece pujante, con tímidas novedades. Quizás ya no se abren restaurantes como antes, ni el presupuesto es tan holgado como años atrás. De hecho en la Venezuela de Maduro, el presupuesto cada vez alcanza menos, pero aún así se puede encontrar un plan “perfecto” para un fin de semana lleno de sabores.
Leo con frecuencia en twitterque los domingos son aburridos, pero realmente armando un grupo, dispuesto a explorar la ciudad, y leyendo sugerencias de los que se dedican a conocer cuanta novedad aparece en Caracas, es fácil armar una ruta y disfrutar un domingo diferente.
PARA DESAYUNAR
Los domingos se puede comer recalentado en casa, ya que los sábados son impelables las cachapas del mercadito que se aposta en la 3ra avenida de Los Palos Grandes, entre la Francisco de Miranda y la primera transversal, justo al lado de Parque Cristal. Realmente este plato es tan bueno, que bien merece comprar para llevar y repetir (recalentado) para un delicioso desayuno dominguero en casa.
Estas cachapas ya tienen su fama, pues sábado tras sábado diversos comensales llegan para desayunarse o almorzarse este platillo nacional, con su respectivo queso de mano. Las fotos de las cachapas del Mercado de Los Palos Grandes, son una suculenta imagen que seguramente alguno de nuestros amigos publicará en sus redes sociales durante el fin de semana caraqueño.

ALMUERZO DOMINGUERO EN EL MERCADO PERUANO
Ahí ya hay un plan fijo. Los sábados al mercado de Los Palos Grandes y los domingos al mercadito peruano de Colegio de Ingenieros.
Debo confesar que debería avergonzarme admitir que un “mochilero gourmet” como yo no conocía el mercado peruano. Fue hasta hace unas semanas que decidí aventurarme a disfrutar de este plan culinario. Armé un grupete coordinado vía PIN y nos fuimos para el tan mencionado mercadillo.
Llegar es bastante sencillo, basta con montarse en el metro y bajar en la estación Colegio de Ingenieros. Ahí, justamente frente al colegió se colocan los puestos que domingo a domingo conforman la propuesta gastronómica peruana.
Decidirse en que puesto comer no es tarea fácil, pues todo luce suculento, fresco y tradicional. Caminamos de toldo en toldo, admirando los platos y comparando precios; estos últimos son casi que estandarizados, pues no hay mayor variación. Finalmente decidimos sentarnos en el último local, al final de la calle.
Todo bien acomodadito, sin mayores pretensiones en cuanto decoración, pero bastante cómo y limpio. Mesas y sillas de plástico, grandes manteles de cuadros, platos y cubiertos desechables, pero sobre todo un envolvente aroma a rica comida, sumado a un servicio extremadamente amable (propio de los peruanos).

Con el afán de conocer lo más posible, optamos por probar un plato “A lo peruano” que funge como un menú de degustación donde te sirven un poco de todo. El menú contiene:
Cacau – Guiso de panza (o mondongo) picada en cuadros, mezclada con papas, en una crema de ají amarillo.
Chanfainita- Bofe de res guisada con papa. – Creo que al peruano que nos atendía, no le agradó mi comentario, cuando le dije que yo pensaba que el bofe era comida para perros. Pero realmente tenía ese muy errado concepto- Es un plato muy tradicional de la comida peruana.
Frijol seco – Caraotas blancas mezcladas con carne guisada en cilantro.
Ají de Gallina – Uno de mis platos preferidos de la comida del Perú. Se trata de gallina desmechada en una salsa hecha con crema de leche y un toque picante.
Causa Rellena – Pastel de papa relleno con vegetales y guiso de atún. Que no debe confundirse con la papa rellena con carne guisada que también viene en el plato.
Obviamente en un plato peruano no puede faltar el ceviche ¡En este caso no dudo de catalogarlo como el mejor ceviche que he comido en Caracas! Fresco, recién hecho, con bastante leche de tigra y cebolla morada (de solo recordarlo se me hace agua la boca).
Para tomar se puede encontrar la Mazamorra morada, una bebida dulce elaborada con maíz morado. También hay chicha amarilla, que de solo pensar que podía ser fermentada con saliva me hacía tragar grueso. Realmente no sé si lo de la saliva en la chicha peruana es un mito, pero no me animaba a preguntar, por miedo a que me lo afirmaran.
Lo mejor de todo es que se consigue Inca Kola, la gaseosa del Perú, que a mi juicio es el acompañante ideal para un ceviche, por sus notas entre dulces y cítrico, más ese burbujear que recuerda al vino espumoso.

PARA MERENDAR
Luego de almorzar en el mercado peruano, mi grupete gourmet se anima a merendar con algo dulce, enfilándonos hacia la hacienda La Trinidad para disfrutar la achocolatada propuesta de Cacao de Origen.
Este nuevo templo del chocolate es de los mismos creadores de KAKAO, pero aquí el espacio abierto al aire libre hace que chocolate caliente cobre otro matiz, uno más gourmand o jetset. Además se pueden disfrutar los bombones de KAKAO, tabletas de chocolate de cantidades muy limitadas, y los discolates de mi amigo Giovanni Conversi; unos discos de chocolates que vienen “Aliñados” con pimienta negra, curry, semillas de amapola o frutos cítricos.
Interesante la propuesta gastronómica y envolvente la belleza de los espacios de esta hacienda, la cual invita a quedarse por largo rato.
PARA CENAR
Ya no se abren tantos restaurantes como antes, por eso ahora uno corre apenas abren algo nuevo, buscando el esnobismo. Por eso la cena la tomamos en “Los Burros Geniales”, un local en el centro comercial San Ignacio, que cuando lo visitamos apenas tenía 4 días de haber abierto sus puertas.
La propuesta es sencilla pero brillante, en Los Burros Geniales uno arma su propio burrito mexicano, rellenando la tortilla con una variedad de opciones que se ven desde el mostrador. Para complementar hay nachos y Margaritas ¡Toda una experiencia mexicana!
Espero tomen nota y se animen a reconciliarse con la ciudad durante el próximo fin de semana.

EXCITANDO EL PALADAR
Gabriel Balbás
Mochilero Gourmet
Twitter e Instagram: @GabrielBalbas