Jorge Giordani se marcho como los bandidos del oeste

A las pocos horas de que el Presidente Nicolás Maduro prescindiera de los servicios ministeriales del Gran Gurú de la Economía “Socialista” por cerca de 15 años, Jorge Giordani; éste hizo pública una carta (elaborada con antelación, premeditación y alevosía), que le causó un boquete inmedible al barco revolucionario capitaneado por el finado Chávez y que ahora, a duras penas lo sostienen sus herederos; pero a un costo político que augura un hundimiento indetenible porque la embarcación quedó haciendo aguas.

El caos económico del país no es producto del mal desempeño de un solo ministro por más poder que haya tenido sino que obedece a una visión conceptual de un modelo fracasado y obsoleto lleno de contradicciones estructurales; y cuyo final era predecible porque el sistema de Planificación Centralizada no fue factible en el pasado y menos en una sociedad moderna que no puede funcionar bajo rigurosos controles de cambio y precios como el que existe en Venezuela desde hace una década por lo menos.

Al analizar a profundidad los términos de la “carta desgraciada” me hizo recordar a una vieja película de un western estadounidense cuando los bandidos heridos se colocaban de espaldas a su montura y comenzaban a echar tiros hacia atrás, sin fijarse a quién le pegaban los balazos. Así fue la despedida de “El Monje” Giordani, pero con la diferencia que éste salió descargando guáimaro grueso contra el propio Maduro y contra el proceso revolucionario.

Con todo, este dominicano venezolanizado, no dijo ninguna novedad porque todo el mundo sabe que ha habido un manejo político del gasto público para financiar procesos electorales; que se han improvisado cuadros sin experiencia y designaciones inadecuadas en la ejecución de los grandes Fondos del Estado; que Pdvesa y el Banco Central funcionan como un Estado paralelo; que los militares son los que tienen el poder fáctico en Venezuela; que hay influencia extranjera (cubana y francesa) en decisiones trascendentales del gobierno nacional; que hubo un monumental saqueo en Cadivi y el Sitme que generaron una corrupción espantosa; o incluso, que existe un vacío de poder en la Presidencia de la República y que Maduro no transmite el liderazgo del finado Chávez.

La importancia de este despecho ideológico está en las implicaciones inmediatas para la vida del país porque el gobierno de Maduro está obligado a demostrar a partir de ahora que el malo de la película era Giordani, más allá de acusarlo de traidor; y por tanto debe tomar decisiones contrarias a las que eran apoyadas irrestrictamente por el difunto Chávez y eso supone cambiar el rumbo económico, para lo cual no tiene otra alternativa que aplicar un “paquetazo neoliberal” del tipo Fondo Monetario Internacional (FMI) con medidas impopulares como aumentar la gasolina o redevaluar la moneda, y tendrá que asumir el costo político de ejecutarlo en un escenario preelectoral como las parlamentarias del 2.015; además, debe lidiar con el rechazo de las bases e ideólogos del Psuv porque la mayoría piensa que lo que está haciendo Maduro no tiene relación con el proyecto original de Chávez.

OTRA CARTA-BOMBA. Como era de esperarse, aparecieron reacciones de apoyo a Giordani y de rechazo a la actitud represiva del gobierno y de la cúpula del Psuv contra el ideólogo económico del “proceso”. Primero fue el comunicado de la Coordinadora Simón Bolívar, que agrupa a los colectivos “sociales” del 23 de Enero de Caracas, para exigirle a Maduro que frene la corrupción en su gobierno; pero la que ha generado mayor impacto de opinión fue la reciente carta que publicó Héctor Navarro en apoyo al superministro de Chávez. Navarro no es ningún loquito de carretera sino que se trata de uno de los grandes ideólogos de la revolución, actual miembro de la Dirección Nacional del Psuv y cinco veces ministro de Chávez. En ella se pregunta si el traidor es Giordani porque denunció la asignación de dólares a empresas de maletín o si son los que entregaron esas divisas?; o si no va a haber respuesta a las denuncias de Giordani?; y finaliza con dos comentarios “matadores”: “creo que estamos desviando la atención de lo verdaderamente importante” y que “Maduro debe reflexionar y actuar como Estadista”. La respuesta automática fue la suspensión de la militancia del Psuv y el pase al Tribunal Disciplinario.

UN PARTIDO DE CARTEROS. La cúpula nacional del Psuv hará lo imposible para impedir que “el efecto Giordani” tenga un impacto fulminante en el III Congreso, que se realizará dentro de un mes; y por lo pronto tomaron dos decisiones importantes para frenar el desmoronamiento emocional de las bases: le arrancaron la cabeza a Héctor Navarro para usarla como trofeo que evite la metástasis del cuerpo partidista y están exigiendo lealtad absoluta al “legado de Chávez”; pero la procesión estaba tan reprimida que ya surgieron otros “carteros” en apoyo a Giordani y a Navarro. Ya lo hizo el ex gobernador de Aragua, Rafael Isea, y Ana Elissa Osorio, diputada al parlatino y vicepresidenta nacional del Psuv; pero se espera que lo hagan otros en los próximos días. Estas expresiones públicas reflejan que no hay espacio para la disidencia ni para el debate crítico en el seno del partido rojo, y los que se atrevan a decir lo que piensan, tendrán que hacerlo mediante “cartas”, que muchas veces son más peligrosas que si lo hicieran en privado porque se elaboran con antelación y precisión en los conceptos. Por cierto, falta la cartica de Maduro para reclamar por el yugo que le tiene Diosdado…

POR QUE MADURO RELANZA LAS MISIONES?. Hasta un niñito de preescolar lo sabe. Es porque Maduro tiene menos del 40% de apoyo popular y necesita reflotar su imagen para evitar que haya un estallido social en el país cuando consiga el timing para anunciar medidas económicas de shock porque si las ejecuta estando tan maltrecho no hay forma de parar la debacle política. Esta estrategia le funcionó a Chávez, pero Maduro no es Chávez ni medio se le parece; pero el relanzamiento de las misiones será un mecanismo populista para crear la sensación de que aún tiene liderazgo y sólo le queda un año para ensayar a ver si pega el “chepazo” antes de las parlamentarias del 2.015; pero la mala noticia es que la mayoría de las misiones están por el piso y ya ni el propio Chávez pudiera lograr un relanzamiento exitoso. Maduro, menos.

 

Sergio Graffe

Salir de la versión móvil