Stefanía Fernández se toma la vida con calma. Organiza su agenda minuciosamente para que le dé chance de hacer labor social (por la que recibió el premio Yodona en España), encargarse de su nuevo proyecto (la línea de ropa Stefanía Fernández by Douglas Tapia), continuar con los estudios de Comunicación Social a distancia y de que la relación con Carlos Zuloaga marche sobre ruedas.
Más sobre ella
Quiere casarse, “porque así me criaron en mi casa. Casarme y tener una familia”, terminar de graduarse, “para ser periodista que es lo que me apasiona”, pero por lo pronto está enfocada en su nueva faceta de diseñadora. “Es una línea muy exclusiva, de la que se harán sólo dos vestidos de cada modelo para que la clienta se sienta bien tratada y segura de que su inversión está garantizada”.
¿Por qué la presentó en República Dominicana primero y no en Venezuela?
Fue una idea que surgió en febrero, justo cuando las cosas en el país empezaron a complicarse. Para nadie es un secreto lo que estamos viviendo. Se dio la oportunidad de presentarla en el RD Fashion Week y fuimos. Afortunadamente tuvimos una buena acogida, porque es una línea fina, sin pedrería ni brillo de ningún tipo. Elegante, capaz de satisfacer a cualquier venezolana.
¿Cómo es la relación
con Douglas Tapia?
Maravillosa. Él siempre ha estado a mi lado cuando necesito un vestido. Y compartió conmigo la idea de que el mercado nacional de vestidos largos y cortos para la noche está desatendido. Además, tiene la virtud de que escucha sugerencias. Él dibuja y yo decido.
¿Siente que lanzar un proyecto de este tipo actualmente en el país es una bofetada?
Estoy clara en cuáles son las prioridades y cuáles las luchas de los venezolanos. He tenido ofertas para mudarme a Estados Unidos, México y hasta Francia y no lo he hecho, porque cuando estoy varios días fuera siempre busco la manera de volver lo antes posible. Estoy anclada en Venezuela, pero no ajena. No puedo decirle a nadie que venga a hacer turismo aquí, por ejemplo.
Agencias