Ante escasez amas de casa optan por comprar alimentos en la web

Comida 1
El desabastecimiento de alimentos ha impulsado las compras por Internet

Lo que fuera concebido como espacios virtuales para socializar, se han ido convirtiendo en catálogos donde ofertan todos aquellos productos de la cesta básica que tan difícil resulta hallar en los anaqueles.

Harina de maíz precocida, leche en polvo, azúcar, aceite, mantequilla, mayonesa y hasta carne de primera son parte de la mercancía vendida a través de Facebook con páginas como Mercado de los Corotos, donde a cambio de “ahorrar” las horas de cola que hay que hacer para comprar, venden con sobreprecio, “pacto” que es aceptado por los compradores.

Un kilo de azúcar cuyo precio fue fijado por el Gobierno en 12 bolívares, es vendido por no menos de Bs. 35; el litro de aceite fijado en Bs. 18 lo ofertan en Bs. 50 y la mantequilla que está valorada en Bs. 25 no se encuentra por menos de Bs. 35.

Quienes temen ser estafados por Internet, no confían en la procedencia de la mercancía o el presupuesto no les da para pagar por encima de lo establecido, protagonizan largas filas en las afueras de los supermercados, pero no falta quien opta por hacer sus compras con tan sólo un “click”.

“Antes se veían productos de tipo tecnológico, sobretodo teléfonos, pero ahora hasta las afeitadoras y desodorantes en barra pueden ser comprados a través de Instagram, solo que hay que estar conciente del sobreprecio que implica más el pago de envío”, explicó Samuel Flores, quien confiesa hacer sus compras online.

-Como vivo solo de vez en cuando le digo a mi mamá que me haga las compras, pero con las colas que se hacen y su edad, no puede aguantar cinco horas de pie, por lo que desde que descubrí esta forma de comprar no me preocupo aunque sé que me pueden cobrar hasta 10 veces el precio real- añadió el vecino de Los Nuevos Teques.

 Tendencia en auge

Como este testimonio abundan, siendo una tendencia que cobra auge y que ha dado pie a estudios sobre nuevos patrones de compras por Internet. A diferencia de otros países donde la comodidad es la principal motivación de los consumidores, los venezolanos usan Internet huyendo de la escasez y desabastecimiento.

“La primera vez que hice una compra por Internet –un par de zapatos- me sudaban las manos porque típico que piensas que nunca te va a llegar o te van a quedar mal, pero después de que todo resultó bien compro todo lo que puedo por esta vía; es fácil y cómodo, más con estas colas que se forman en todas las tiendas y la carencia de mercancía”, refirió Mercedes López, quien trabaja de secretaria en Carrizal.

-Los centros comerciales tienen muy poco que ofrecer y lo hacen a muy altos precios, por lo que es mejor navegar por Internet y escoger la mejor oferta. La clave está en comprar en lugares seguros (…) me parecía una locura adquirir alimentos por esta vía, pero con la situación tan difícil y las colas que hay que hacer, me lancé a esta aventura y no me ha ido nada mal- añadió.

Otra compradora virtual es Mildred Guillén, quien dejó de sufrir por no poder escaparse del trabajo para comprar. “Llevaba semanas buscando desodorante en barra, hasta que una amiga me dijo que una vecina que viajó a Estados Unidos lo estaba vendiendo por Instagram. Fue más caro el monto, pero hago cualquier cosa para no usar Mum”, agregó entre risas.

Ellas forman parte de la cada vez más larga lista de personas de personas que resuelven por Internet comprar aquellos productos que de dificultan hallar en tiendas convencionales.

 A sacrificar el cupo

Portales como Amazon.com se han sumado a la venta de productos otrora básicos. Ya es normal ver cómo ofertan paquetes de Harina Pan amarilla en dólares, lo que lleva a los más desesperados a utilizar su cupo electrónico para hacer “mercado” por esta vía.

“Uno llega a un nivel de desesperación que con tal de comprar la harina no me importa gastar los dólares. Resulta ilógico para muchos, pero quien tiene chamos pequeños acostumbrados a sus arepitas diarias, hace lo que sea por alimentarlos. Si fuera yo sola me privara de comer la harina, pero el tema son mis hijos”, confesó Karina Romero, vecina de Carrizal.

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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