Una vez al mes recogen la basura en La Pradera

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Vecinos aseguran que los niños son los grandes afectados por las enfermedades que produce el cúmulo de desperdicios / Foto Irbel Useche

Visitar La Pradera en el municipio Guaicaipuro y notar una gran montaña de basura en el botadero se ha vuelto una costumbre, los lugareños cuentan que el servicio de aseo tarda hasta un mes en pasar por allí a llevarse los desechos.

“Se han llegado a tardar hasta dos meses”, aseguró Eliana Decura, habitante del sector que cree que este es uno de los grandes problemas del lugar. “Los niños son los principales afectados, el olor llega a todas las casas y ellos son los que más contraen enfermedades”.

Todos los que allí residen deben pasar por el cúmulo de desperdicios, pues está en toda la entrada. “La solicitud a la alcaldía del municipio la hemos hecho en innumerables ocasiones, pero no hemos tenido respuesta alguna”, acotó Decura.

Volvió a hacer el llamado a los entes correspondientes para que tomen cartas en el asunto y solucionen la irregularidad que afecta a esta populosa comunidad.

De vez en cuando

La inseguridad es su segundo dolor de cabeza, “como en todos lados aquí también nos afecta”, señaló Decura recalcando al mismo tiempo que el patrullaje se hace presente “de vez en cuando”, por lo que cree que es necesaria una mayor presencia de efectivos en la localidad.

Si a ello se le suma que el alumbrado público está fallando, el sector se convierte en una verdadera boca de lobo, pues la mayoría de los bombillos están quemados, lo que conlleva a que las personas transiten en horas de la noche por allí corriendo riesgo de ser víctimas del hampa debido a que los maleantes han aprovechado esta situación para hacer de las suyas cuando se despide la tarde.

Pendientes del agua

Debido a los trabajos de reparación de lo que será el ferrocarril que trabajará en las inmediaciones de esta zona, uno de los servicios que han tenido que suspender cuando realizan estas labores es el agua; si bien es cierto que les avisan cuando no habrá suministro, se convierte en una contrariedad que pasen ocho días sin servicio.

Decura dijo que es “muy difícil” realizar todas las labores diarias durante este lapso de días sin agua y que espera que disminuya la cantidad de tiempo de corte.

Cuando llueve las escaleras que dan acceso a varias viviendas se vuelven sumamente peligrosas, pues se encuentran deterioradas y quien las utilice corre el riesgo de sufrir un resbalón que provoque un accidente de gran magnitud.

No hay deporte

Los jóvenes que desean practicar algún deporte en su tiempo libre no cuentan con esa opción, no hay una cancha que lo permita. Una alternativa propuesta por los lugareños fue construir una en el botadero de basura y colocar un contenedor para los desperdicios; “pero claro, si no nos visitan y se sigue acumulando de nada va a servir”.

Si algo rescatan las personas del lugar es que cuentan con el ambulatorio Jesús de Nazareth, por lo que no tienen que ir muy lejos cuando presentan alguna enfermedad. “No siempre tienen todos los insumos necesarios, pero algo es algo”, comentó un habitante que prefirió no ser identificado.

¡No los abandonen!

Un poco escondida está la localidad, situación que han aprovechado personas insensibles para abandonar a perros en el lugar, quienes terminan viviendo en una situación poco agradable y merodeando en la basura que se acumula. Otros terminan en el parque Los Lagos y demás comunidades adyacentes.

Carlos Sosa – csosa@diariolaregion.net / @carlossosa7

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