Las caminerías del callejón El Carmen, perteneciente a la comunidad popular La Línea, se encuentran sumamente deterioradas, llenas de grietas y desniveladas, situación que mantiene en riesgo a más de 50 viviendas que se apuestan en el lugar, todo esto debido a que la quebrada Camatagua que pasa por la zona ha ido socavando poco a poco el terreno desde hace más de 29 años.
Por su parte, el consejo comunal está elaborando un proyecto que comprende el embaulamiento de la quebrada, así como la limpieza por completo del cauce, el cual se muestra repleto de desechos sólidos y sedimentos.
“La quebrada con las recientes lluvias gracias a Dios no ha crecido, pero hace años que no dragan el cauce y por eso se desborda como lo hace el río San Pedro. Gracias a esto las caminerías están todas rotas, es por eso que vamos a ponernos de acuerdo para hacer un proyecto recuperarlas”, declaró Nohelia Quevedo, vocera principal de Unidad Financiera.
Asimismo, las caminerías no poseen barandas de seguridad para evitar que los transeúntes vayan a dar al río. Los habitantes del sector rezan porque las lluvias de la temporada no sean abundantes, ya que ciertas casas ubicadas a orillas del afluente corren el riesgo de desplomarse si dicha problemática continúa.
En alto riesgo
Las grietas también han comenzado a aparecer en las paredes de las viviendas, así como en pisos y techos, motivo por el cual las familias temen por su vida ya que los entes municipales aún no se han apersonado en la zona para ofrecer alternativas y dar soluciones viables que eviten el colapso de las casas.
“Todo el terreno está socavado y ha ido cediendo, tengo unas cuantas paredes agrietadas por este problema. Hay un recurso aprobado para el embaulamiento, pero nada que hacen el trabajo. Han venido cualquier cantidad de políticos a ofrecer pero nadie cumple”, indicó Omaira Uribe, quien lleva más de 29 años residiendo en el callejón.
La humedad que abunda en la zona se evidencia en las fachadas de algunas viviendas, las cuales están en alto riesgo y en varias ocasiones han resultado anegadas, al igual que las aceras, por lo que los habitantes se ven en la obligación de salir por La Línea para evitar ser arrastrados por el agua.
“Hay miedo, cuando empieza a llover pongo mi cartera y el paraguas en la entrada por si uno tiene que salir corriendo y si es que da chance”, dijo Uribe.
Llena de huecos
Otro de los problemas que deben enfrentar los vecinos de La Línea es la cantidad de huecos que colman por completo la vialidad principal, la cual lleva más de cinco años sin recibir “un cariñito” de parte de las entidades municipales.
“La vialidad ya tiene un proyecto para su recuperación, pero tenemos que sentarnos a hablar con los entes de la alcaldía y al parecer el Metro también nos va a ayudar porque el problema no es nada fácil. Hace años que no reparan la carretera”, manifestó Quevedo.
Los vecinos han tenido que realizar algunos bacheos para evitar accidentes viales, sin embargo por carecer del material adecuado las troneras se vuelven a formar.
Monte “a millón”
La falta de limpieza por parte de las cuadrillas de la alcaldía y Corpomiranda ha originado que el cauce de la quebrada Camatagua se encuentre repleta de monte, el cual ha sido podado por los mismos vecinos, pero con las recientes lluvias ha vuelto a crecer.
Reinan las filtraciones
El ambulatorio de la comunidad está lleno de filtraciones que han deteriorado la estructura, por lo que los usuarios continúan a la espera de la construcción de un nuevo módulo.
“En el ambulatorio La Línea también hay un proyecto para la construcción de un módulo nuevo porque está muy deteriorado, tiene goteras por todos lados; los doctores trabajan con las uñas”, afirmó Quevedo.
Ronald Gil- rgil@diariolaregion.net / @thedaniels21