“Como lo que consiga”, puntualiza Bertha Rodríguez, mientras hace una larga cola frente a uno supermercado de la capital mirandina. “Si logro comprar harina de maíz comeremos arepa toda esta semana”, agrega.
El testimonio de esta madre de 4 niños refleja lo que vienen advirtiendo nutricionistas y organizaciones no gubernamentales, la dieta de los venezolanos es monótona y pobre en nutrientes debido a la escasez.
“Debo admitir que he aumento de peso en los últimos meses”, agrega María Gutiérrez, quien acompaña a Bertha en la cola, ella misma presenta las posibles causas: “es que no salgo de una arepa, pasta y con suerte un pollo que rendimos para los 4 en mi casa”.
Los especialistas han registrado casos de obesidad en la población, hacen referencia a que es preocupante la situación porque la ingesta de calorías excede el requerimiento calórico diario, lo que aumenta los límites de triglicéridos y colesterol alto principalmente en niños y jóvenes.
Expertos enfatizan que los ciudadanos deben llevar una dieta balanceada donde se incluyan vegetales, tubérculos, raíces, hortalizas y frutas. Para el consumo de carbohidratos como pasta y arroz indican que debe ser en porciones regulares; además señalan que las carnes rojas (res y cerdo) y blancas (pescado) son necesarias porque poseen una carga de vitaminas y suplementos altos en proteínas para el organismo.
Jhonny Figueroa, nutricionista de la UCV que se encuentra haciendo una maestría en bioquímica, dijo que “los pacientes no saben cómo alimentarse sanamente, por eso recomendamos que acudan a médicos nutricionistas para orientarlos”; asegura que hacer una dieta balanceada en el país se ha vuelto un lujo ya que muchos de los alimentos básicos escasean y quienes tienen una patología como diabetes se ven afectados.
El motivo de las últimas consultas es el desequilibrio energético ya que el venezolano tiene una dieta híper calórica donde abundan las comidas rápidas y el exceso de azúcar en los alimentos.
Es el caso de quienes optan por almorzar en un local de comida rápida, donde en promedio un menú regular ronda las 1.000 calorías (eso si no se pide agrandar la bebida y sin postre), ya se está hablando de la mitad de lo que el cuerpo necesita, a esto hay que agregarle el desayuno (generalmente una empanada y bebida gaseosa) y la cena (arepa con bebida).
Asegura que el agua es importante principalmente para aquellos que mantienen una vida activa con ejercicios. “El consumo de líquido es proporcional a las calorías, el ciudadano común consume 2.300 calorías diarias que equivale a 2 litros de agua”
“El pasar hambre no es hacer dieta y mucho menos es beneficioso para la salud”. insta a consumir alimentos que contribuyan al beneficio y crear desde la infancia hábitos alimenticios y deportivos porque contribuirán al desarrollo durante toda la vida.
No obstante cumplir esta recomendación se hace cuesta arriba debido a la escasez y los altos costos, según denuncian los propios pacientes que buscan ayuda.
Daniel Murolo / Moisés Mercado – @dmurolo – @Moisés Mercado