Edmundo Chirinos fue un ser humano sumamente complejo, su vida y obra, sirvió para mostrar ese asombroso mundo de pocas luces y muchas sombras, que ha acompañado a la sociedad venezolana en su ascenso optimista a la modernidad y a la vida decente de un país civilizado, y al mismo tiempo, al posterior declive progresivo de gran parte de sus instituciones -para no decir de todas- en los últimos años. En este curioso personaje, a la manera de un moderno doctor Jekyll venezolano (Churuguara, estado Falcón, 1935 – Caracas, 2013) confluyen dos identidades o personalidades con características opuestas entre sí (estamos hablando del llamado trastorno disociativo de la personalidad): por una parte, Mr. Hyde, el hombre en positivo, que llegó a dirigir la que fuera en una época, la universidad más importante del país (UCV); ser candidato presidencial; miembro de la Asamblea Nacional Constituyente, donde presidió la Comisión de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología, Deportes y Recreación, quien amparado en las condiciones de ventaja, premeditación y alevosía, que le concedía su condición de médico, tratante de pacientes con necesidad de asistencia en trastornos mentales, violó y abusó de centenares, quizás miles, de mujeres víctimas indefensas de sus prácticas médicas de engaño.
Se trata de una película que, como todas las de Manuel Pifano, encierra un mensaje de fe y esperanza en el porvenir de nuestra Venezuela, de frente a sus problemas de corrupción, inseguridad, educación, salud e ineficiente administración de justicia. Como hecho positivo se destaca la actitud ejemplar de la mujer venezolana: víctima de un crimen atroz, quién no le temió ni al perturbado sexual ni al mismo tiempo, al “gran hombre de ciencias y de letras”, al Dr. Jekyll y a Mr. Hyde, ambos en una versión moderna, conjugada a manera de un drama de la sociedad venezolana en el siglo XXI, que tuvo su desarrollo en la moderna ciudad de Caracas. En donde al final, después de múltiples peripecias se hizo justicia.
Su estreno que se había pospuesto por razones ajenas a la producción que recaían en la demora en las copias cinematográficas que tuvieron que realizarse en el Cono Sur, ahora tiene fecha definitiva, y el público la podrá apreciarla desde el 12 de septiembre en todas las salas del cine del país.
Vía Lapatilla
