Cuando se analiza objetivamente el delicado momento por el cual atraviesa la conducción política de la alternativa democrática venezolana (Mud), hay que concluir que es una situación absolutamente natural y previsible, porque se trata de un cuerpo colegiado en el que cohabitan 31 organizaciones políticas nacionales con enfoques distintos sobre el diagnóstico y las posibles soluciones para resolver la actual crisis económica, política y social del país; y para lograr el mayor consenso posible sobre un tema sensible para la opinión pública, tienen que someterlo a intensos debates; y algunas veces, las diferencias necesitan un tiempo prudencial para ser superadas.
Sin embargo, existe un considerable sector de independientes y de opositores que aplican criterios muy rígidos para evaluar el desempeño de la Mud, que en muchos casos llega hasta la injusticia de no valorar los alcances electorales de una instancia que ha obtenido gobernadores, alcaldes, diputados nacionales, legisladores regionales y concejales; que si no es porque participaron como candidatos unitarios, no estuvieran en esos espacios de defensa de la democracia; sin mencionar que Capriles “casi” le gana la Presidencia a Maduro hace dos años.
Tampoco comparto la idiotez política de los acríticos que creen que todo marcha bien en la Mud; por el contrario, considero que sí existe una crisis que puede alargar en demasía los tiempos constitucionales y legales para una salida democrática; pero que se presenta como una oportunidad para superar algunos errores estratégicos que impidieron mejores resultados en el pasado reciente; relacionados con la ausencia de un mensaje coherente y atractivo en la presentación del programa de gobierno alternativo que tiene elaborado la Mud y que procura la reconciliación nacional entre todos los venezolanos, que incluye a los oficialistas que están descontentos con el fracaso del actual modelo.
Lo más importante es que la Mud no ha tirado la toalla; y aunque ha logrado considerables éxitos electorales, es impostergable que también en este aspecto existan cambios sustanciales en el método de elegir a los candidatos unitarios que participarán en las elecciones parlamentarias del próximo año; y para ganar la confianza perdida y reivindicarse de sus errores, debe asumir las elecciones primarias abiertas como una regla de oro, blindada por un reglamento especial y no como una excepción; y por el contrario, el consenso debe ser por razones inevitables, como que se presente un solo candidato por una circunscripción electoral.
Lo que está planteado es que todo el que quiera ser candidato a diputado nacional de la alternativa democrática para el 2.015, nominal o por lista, debe someterse a unas elecciones previas que les garantice una importante legitimidad de origen; y ese proceso debería ser programado para el primer trimestre del año entrante, pero que incluya a los 115 diputados que son electos de forma personalizada, y los 52 que salen por listas cerradas. Es una necesidad política que no presenta mayores inconvenientes técnicos para llevarla a cabo.
EL TURISMO INTERNO NO ES CHEVERE. El gobierno nacional cambió toda la metodología universalmente aceptada para medir los índices de cifras oficiales y convirtió un hecho racional en una cuestión de fe dogmática. Creer en sus “guarimbas” estadísticas relacionadas con pobreza, inflación, inseguridad, escasez o desempleo, implica un elevado nivel de enajenación mental que pocos alcanzamos. Cito un solo caso, pero que sirve para otros: según el gobierno el desempleo abierto está en 6.5%, pero no dice que esa cifra contiene el 57% de los trabajadores informales que no gozan de ningún tipo de seguridad social. Esa misma coba estadística la aplica para medir “la eficiencia” en la prestación de algunos servicios públicos que son de su competencia exclusiva, como el turismo nacional; pues, según el contador oficial en estas vacaciones escolares se han movilizado por el país más de siete millones de venezolanos que andan gozando una y parte de otra por los niveles de seguridad que les brinda el gobierno central y por las buenas condiciones de la infraestructura turística interna; además, de contar con precios “chéveres” en pasajes y hospedajes. Sobre este caso conversé con el ex Síndico Municipal de Guaicaipuro José Salazar Marval, quién por ser margariteño de pura cepa y por reconocimiento a su desempeño profesional, fue declarado “Hijo Ilustre de la Isla” y por tanto no pela un año en visitar a “Vallita” en sus fiestas religiosas. Me cuenta que después de que el gobierno le puso la mano a Conferry, la tiene por el piso; al punto que un pasaje personal que antes costaba 800 Bs ida y vuelta desde La Guaira, a partir de septiembre subió a 2.060; y los 2.060 Bs que pagaba el flete de su camioneta, ahora pasó a 7.240 Bs. Es decir, que el aumento fue de 250% y 350%, respectivamente; pero José viaja con una tropa familiar de 5 miembros; lo que significa que tuvo que desembolsar 17.540 Bs; 10.300 por su familia y 7.240 por el carro, y sin meter gastos de comida y cañita, porque el hospedaje lo tiene gratis por ser de allá. Es así cómo el gobierno promueve e incentiva el “turismo chévere”?. Y aun se preguntan por qué los pocos venezolanos que pueden hacer turismo, lo prefieren hacer en el exterior?.
MADURO SE ALEJA DEL LEGADO. El “sacudón” burocrático que anunció Maduro esta semana no llegó ni a brisita veranera, porque el 85% de los cargos importantes son ocupados por los mismos nombres que tienen al país metido en este berenjenal desde hace 15 años. Fue un simple maquillaje con los tradicionales enroques. Pero sí es evidente que está tratando de desmontar el esquema original del legado de Chávez porque este mismo año se desprendió de dos figuras que formaban parte de los ideólogos económicos de mayor confianza del difunto, pero lo hizo en tiempo distinto para que no se sintiera el impacto. La salida de Jorge Giordani hace meses y la reciente de Rafael Ramírez de Pdvsa, es un indicador de que quiere marcar su propia impronta gubernamental; porque el primero planificaba cómo se gastaban los recursos y el otro era quien los aportaba. Por cierto que hay que estar pendiente del desempeño de Elías Jaua como nuevo Ministro de las Comunas porque su designación tiene el objetivo de “esfaratar” las gobernaciones y alcaldías, como lo dijera el filósofo Aristóbulo Istúriz.
Sergio Graffe / Politologo