Un número aun no determinado de presos se fugó este miércoles de la cárcel de Pedrinhas, considerada la más violenta de Brasil, dos días después de que su director fuese arrestado bajo la acusación de facilitar la evasión de los reclusos.
Los presos huyeron de madrugada por un túnel excavado a partir de una de las ocho unidades que componen el Complejo Penitenciario de Pedrinhas, situado en Sao Luis, capital de Maranhao, informó hoy la Gobernación de ese estado del norte de Brasil.
Tras la fuga y luego de que la policía ingresara al presidio para ayudar a contar los presos e intentar identificar a los prófugos, un grupo de internos intentó liderar una rebelión que fue rápidamente sofocada.
Los canales de televisión transmitieron imágenes de presos que intentaron aprovechar la confusión para saltar uno de los muros del penal y sumarse a los prófugos, lo que obligó a la policía a dividir sus fuerzas entre las dedicadas a sofocar el intento de rebelión y las que tuvieron que rodear el presidio para contener nuevas fugas.
La secretaría de Justicia y Administración Penitenciaria de Maranhao informó de que los presos serán recontados cuando la situación se normalice, pero algunas versiones indican que el número de prófugos puede ser de diez a treinta.
Esta es la segunda fuga de presos en Pedrinhas en una semana.
El pasado jueves 36 internos escaparon por un boquete abierto en un muro por un camión con volquete robado poco antes y que fue estrellado intencionalmente contra la cárcel.
La nueva fuga se registró dos días después de que Claudio Barcelos, el director de una de las unidades de Pedrinhas, fuera detenido bajo la acusación de facilitar las evasiones de presos.
La policía, que investigaba a Barcelos hacía más de un año y recogió pruebas en su contra mediante escuchas telefónicas y la interceptación de su correo electrónico, también lo acusa de recibir sobornos de los presos a cambio de autorizarlos a salir de la prisión temporalmente para cometer delitos.
Pedrinhas, el mayor establecimiento penal del estado de Maranhao, es escenario recurrente de asesinatos -algunos con decapitaciones-, rebeliones, fugas, peleas entre presos y hasta desapariciones.
Según el Consejo Nacional de Justicia (CNJ) de Brasil, en este centro carcelario se han registrado 75 asesinatos de internos desde enero de 2013, de los cuales 16 fueron en lo que va de este año y el último el pasado sábado.
La mayoría de las muertes en Pedrinhas es atribuida a una guerra entre bandas rivales de presos que actúan en este complejo carcelario con capacidad para 1.770 reclusos pero que siempre ha alojado a un número muy superior.
En enero pasado una comisión legislativa de Derechos Humanos denunció que familiares de algunos internos de Pedrinhas eran obligados a tener relaciones sexuales con los líderes de las bandas criminales que actúan en el presidio.
Según datos oficiales, la población reclusa de Brasil supera los 550.000 internos, lo que supone un 30 % más de lo que las cárceles del país pueden albergar.
EFE
