Alza de precios en productos no frena escasez en supermercados

Cola
El incremento en los costos de pañales, champú, detergentes y cloro no ha hecho aparecer estos artículos en los anaqueles, por donde se pasean desesperadas las amas de casa

“Si no nos mata el hampa nos mata el hambre”, dice una desesperada Miguelina Oropeza, quien recorre en vano los pasillos del mercado del centro comercial La Hoyada en busca de leche para su nieto.

“Hace un mes me mataron a un sobrino en Caracas para quitarle el teléfono. No habían pasado cinco minutos del entierro cuando me llegó un mensaje de una vecina avisándome de la llegada de pañales y toallitas húmedas a un local en El Valle. No pude ni terminar de llorar porque me tocó correr a ver si me daba chance de comprar”, relata la vecina de Los Teques, que confiesa que todos los días recorre al menos cinco locales y ha protagonizado colas de hasta cinco horas.

Lo que parece un particular relato es la cotidianidad de cientos de amas de casa, a quienes se les multiplican los dolores de cabeza. “Antes el venezolano se quejaba de la inseguridad, que debíamos resguardarnos temprano y no exhibir nada llamativo ante el hampa para no ser su blanco. Aunque ese problema no ha mermado y más bien se ha multiplicado, está en un segundo plano debido a la escasez reinante y los altos precios de los productos básicos”, expresó Paula Romero, vecina de Carrizal, quien tras un arduo trabajo de inteligencia logró comprar dos potes de Pantene.

–Antes no me importaban las cadenas, pero ahora soy la primera observadora y no porque sea fanática de Maduro, sino para ver sus anuncios en materia económica. Ya se ha paseado por las fulanas máquinas captahuellas que terminaron instalando en Maracaibo y lo más reciente han sido los aumentos de precios de varios rubros supuestamente para combatir la escasez, pero la realidad es que los estantes están más vacíos que nunca. Lo único que ha aparecido más regularmente tras subir drásticamente de precio es el papel higiénico, cosa que rayaba en lo insólito.

Al desabastecimiento reinante se le suma la inflación galopante. Según el más reciente informe del Centro de documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda), en mayo la canasta alimentaria tuvo un costo de Bs 9.464,50, registrando una variación de 5,4 % con respecto a julio. Incluso es mayor a la registrada en agosto de 2013. La categoría que registró mayor incremento en los precios fueron las hortalizas con una variación de 14,4 %, “por altos precios en productos de alto consumo familiar como cebolla, pimentón, tomate y en la mayoría de las frutas”, señaló el organismo en su informe mensual.

Asimismo, las grasas y aceites registraron alzas de 5,3 % en agosto, productos alimenticios 3,8 %; verduras 3,5 %; carnes 3,2 %, leche, quesos y huevos 2,8 %. También subieron los precios en azúcar, bebidas no alcohólicas y pescados.

 

Entre enero y agosto los precios de los alimentos aumentaron 42,8 %, mientras que entre agosto de 2013 y el mismo mes de 2014 el incremento fue de 79,3 %.

Haciendo nuevos panas

La necesidad de comprar productos básicos ha llevado a ingeniárselas a las amas de casa, a quienes ahora se les ve pidiéndole el número telefónico a los conductores de las gandolas y vigilantes de los supermercados, y no precisamente por motivos románticos.

“Ya hice un contacto en una farmacia de San Antonio de Los Altos y hace un par de meses me tocó salir como a las 10:00 p.m. de mi casa para ir a comprar pañales que estaban descargando. Mientras cumplían con el protocolo y lo vendían a los ansiosos clientes me agarró la medianoche, pero al menos valió la pena porque no salí con las manos vacías”, refirió Johana Blanco, residente del municipio Los Salias.

Como ella, cada vez más personas toman contactos claves en supermercados, perfumerías y farmacias para estar al tanto de la llegada de mercancía de primera necesidad. Otros optan por refugiarse en las redes sociales y no faltan quienes hacen sus compras por Internet pese al sobreprecio.

“Lamentablemente llega un punto donde a uno no le importa cuánto pagar con tal de obtener el artículo y allí es cuando los especuladores hacen de las suyas y un desodorante que pagas en 17 bolívares terminas pagándolo hasta en Bs. 120. Esperemos que con los ajustes que ha hecho la fulana Superintendencia de Precios Justos se normalice la situación y los venezolanos dejemos de hacer colas. Bastante tiempo perdemos en el tráfico como para también pasar por estos menesteres”, añadió Blanco.

Johana Rodríguez jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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