Comer balanceado es la “misión imposible” de los altomirandinos

Dieta
Criollos basan su dieta en el consumo de carbohidratos por ser lo más económico en el mercado. Comer sano se ha convertido en un lujo que pocos pueden darse

El sobreprecio, la inflación y el desabastecimiento se han convertido en los principales enemigos de los venezolanos, a quienes cada día se les hace más cuesta arriba cubrir gastos básicos como la alimentación, sobretodo si se vive de un sueldo mínimo.

“A mí me gustaría ver a algún alto funcionario del Gobierno vivir un mes con 4.250 bolívares a ver qué tal les va”, comenta Derbys Jiménez, quien este lunes abandonó en la caja del supermercado un paquete de pan cuadrado de mantequilla cuando notó que marcaba Bs. 120.

–Uno va a comprar y termina pasando rabietas porque lo poco que se consigue exhibe unos precios que lo que provoca es ponerse a llorar. Se la viven haciendo aumentos prometiendo que con eso se superará la situación de escasez, pero al salir a la calle se sabe que es puro cuento; los anaqueles están igual o más vacíos que hace un mes.

La queja encuentra respaldo entre otras compradoras, quienes aseguran que hacer una dieta balanceada se ha convertido en la “misión imposible” de todos los venezolanos.

“Antes éramos felices y no lo sabíamos: preparábamos un día arroz con carne y plátano; al otro un pollito a la plancha con ensalada, no faltaba la pasta con carne molida y hasta calamares rebosados con puré; pero ahora hay que conformarse con lo que a duras penas se encuentra: harina para las arepas, pan en la noche y pasta para el almuerzo (…) Todos estamos más gordos pero no precisamente porque comamos más”, reflexionó Karelia Carvajal, residente de Los Teques que dedica un día a la semana a recorrer mercados y perfumerías y hacer las colas cuando encuentra lo que necesita.

–Para unos resulta una tontería, pero no lo es tanto para quienes como yo tienen familiares diabéticos, quienes requieren una alimentación específica que de verse alterada puede comprometer más que su salud, hasta su vida.

Más barato la chatarra

Pese a que la onda fitness ha invadido los hogares venezolanos, la realidad es que sale más económico ingerir la llamada comida chatarra, que basar la dieta en frutas, vegetales y productos bajos en calorías.

“Si te ponen a escoger entre un combo de hamburguesa en Bs. 185 y una ensalada en Bs. 300, optas por la primera opción porque es más barata y sientes que te llena más”, dijo Lorena Suárez, quien hace malabares para no caer en la tentación.

–Las manzanas no bajan de Bs. 50 cada una; el kilo de tomate ronda los Bs. 100, la mantequilla ligera va por Bs. 35, el litro de yogurt ya alcanza los Bs. 65 y la lata de atún oscila entre Bs. 50 y 70; ya prácticamente sale igual de caro comer en la casa o en la calle; es un verdadero dilema diario preparar el almuerzo.

Rindiendo el presupuesto

Para quienes necesitan estirar lo más posible el sueldo, la clave está en no comprar a revendedores. “Con el tema de las colas han surgido cualquier cantidad de revendedores que cobran hasta 30 % por encima del precio regulado, lo que termina de descalabrar el presupuesto, por lo que a ellos no les compro ni la idea”, dijo Mariela Quijada, vecina de Carrizal.

–Uno sabe dónde venden más barato, así que lo que hay es que organizarse para comprar los alimentos donde estén más accesibles. Tampoco me gusta comprar por Internet porque sé que igual viene son sobreprecio. Afortunadamente no me he quedado sin desodorante y si eso llegase a pasar buscaré la manera a la antigua de mantener a raya los malos olores.

Como este testimonio abundan. Cada día más personas se suman a las colas y procuran evitar pagar más de lo que marca un producto. “Nada se hace si el Gobierno emprende una lucha para que los artículos sean vendidos a los precios justos si la gente le hace el juego a los revendedores y especuladores”, opinó Julia Mujica, que prefiere hacer lo que denominó una dieta forzosa a pagar más de lo que cuesta un producto.

–Si yo sé que un detergente me sale en Bs. 35 no lo voy a pagar en Bs. 70 con el cuento de que me están ahorrando tiempo. Voy al mercado cuando puedo y me alimento con lo que encuentro. La gente debe aprender a arroparse hasta donde le llega la cobija para ahorrase sufrimiento innecesario. No estoy feliz con lo que sucede, pero tampoco me voy a complicar más la existencia con una actitud negativa.

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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