Sobre nomina, impuestos y servicios publicos en Guaicaipuro

A pocos meses de finalizar su mandato como alcalde de Guaicaipuro, Alirio Mendoza reveló públicamente que el 80% del presupuesto municipal era asignado al pago de la nómina de personal de la alcaldía (se habla de más de 3.000 empleados en toda la administración local, entre fijos y contratados), con lo cual estaba aceptando la violación del artículo 231 de la Ley del Poder Público Municipal que establece que al menos el 50% de los ingresos previstos en el ejercicio fiscal anual deben ser destinados a la inversión social; pero esta ilegalidad es la continuidad de un descontrol que comenzó en el 2.000 con la primera elección de Raúl Salmerón como alcalde, siguió con Mendoza y persiste con Francisco Garcés; los tres pertenecientes a las filas del oficialismo.

Esta irregularidad generó una situación de extrema complicación para gobernar un municipio con semejante carga burocrática porque impide disponer de recursos suficientes para la prestación eficiente de servicios públicos fundamentales y en consecuencia, habría que buscar la forma de suplir este déficit presupuestario; pero queda descartado el mecanismo de la reducción drástica de la nómina porque lo prohíbe la recién ratificada inamovilidad laboral y lo único que se puede “tocar” son los cargos de libre nombramiento y remoción y a los contratados, que representan un porcentaje insignificante en relación con el grueso de los empleados.

Ante esta vulnerabilidad financiera, un gerente público que quisiera recoger la basura de forma eficaz, brindar seguridad integral a los ciudadanos y sus bienes, mantener la vialidad urbana o construir más calles, construir canchas deportivas, escuelas, cementerios, otras obras menores comunitarias o implementar programas sociales, le queda la impopular ruta de crear nuevos impuestos, aumentar los actuales, mejorar los procesos de recaudación y controlar la evasión fiscal.

Esta decisión permitiría disponer de los recursos necesarios para invertir en lo social, pero es imprescindible que se tome con criterios técnicos como actualizar las ordenanzas en materia impositiva, diseñar un mecanismo de recaudación progresiva y congelar los actuales cargos fijos para revertir lo recaudado en el mejoramiento de servicios básicos, con el objetivo de ganar la confianza de los contribuyentes, porque la meta sería disminuir sustancialmente el porcentaje del presupuesto dedicado a la nómina para subir el monto de la inversión social y eso supone un sacrificio colectivo. Es una simple ecuación de gerencia básica.

Este proceso debe ser transparente y sometido a consulta pública para lograr un arreglo intermedio entre la población y la autoridad local; y de esa forma hacer efectivo el postulado constitucional de la “democracia participativa y protagónica”; pero jamás podría ser bajo los parámetros secretos y compulsivos como los está implementado Garcés porque los contribuyentes se enteran que hubo un aumento exponencial de los impuestos cuando les toca pagarlos; pero nadie conoce los términos de este aumento y los resultados podrían ser contraproducentes en temas como el cierre de pequeños negocios o en mayor evasión fiscal, como se está observando.

LA FILOSOFIA DE LAS COLAS. Sostengo la tesis que desde hace tiempo la élite gobernante en este país dejó de hablarle a las sectores opositores e independientes y ha centrado sus mayores esfuerzos en inventar argumentos irracionales y fantasiosos dirigidos exclusivamente a sus seguidores, en un intento por mantenerlos unidos en torno a un proyecto que no resuelve problemas económicos fundamentales, como la escasez; pero hay veces que abusa de la buena fe de quienes aún le creen al tratarlos como eunucos políticos. Prohibir que se tomen fotos de los anaqueles vacíos para denunciar el desabastecimiento, que no se pueda pernoctar en los pocos lugares donde llegan los escasos productos, enviar piquetes policiales para crear terror psicológico y así evitar que “los colistas” protesten por la debacle económica o argumentar que las colas son infiltradas por la “derecha” para generar caos y desestabilización y que existen porque hay comida abundante y dinero en las calles son excusas que insultan la inteligencia de los venezolanos porque no ataca el origen del problema sino sus consecuencias. La verdad es que la escasez es producto de la destrucción del aparato productivo nacional por la implementación de u modelo económico que fracasó por ser inviable. Lo demás es paja barata y eso lo saben los chavistas conscientes y críticos, que cada vez están más descontentos y son más numerosos.

NO A LAS GUARIMBAS. Creo que no hace falta, pero lo repito: estoy absolutamente en contra de las guarimbas; y no porque no representen una forma válida de protesta ciudadana, que en algunos casos sí lo son, sino porque las considero inútiles en este momento y son rechazadas por el 90% de la población; pero, además, porque el gobierno logró satanizarlas y criminalizarlas al tal punto que las ha usado como pretexto para perseguir y apresar a la disidencia activa. No es casual que cada vez que el país entra en una crisis aguda, resurjan con ímpetu y de forma misteriosa como las recientes de Montañalta, en Carrizal. Lamentablemente existen venezolanos que “pisan el peine” y salen a las calles a quemar cauchos y lanzar piedras sin percatarse de que el “encapuchado” que tiene al lado podría ser un infiltrado gobiernero, que “casualmente” desaparece poco antes que lleguen los cuerpos policiales y nunca es detenido.

EL RENACER VERDE. Hace seis meses que la dirección regional de Copei designó una Comisión Organizadora para el municipio Guaicaipuro y la exitosa celebración de los 69 años de fundación del partido es la prueba evidente de que fue un acierto y marcó un nuevo rumbo en la conducción local. Desde que el finado y eterno amigo Orlando Ustáriz trajo a la Dimensión Latina, no había visto nada parecido en cuanto a calidad organizativa y asistencia a los actos. La presencia de los copeyanos en la misa fue tres veces mayor que el año pasado, el discurso de orden del profesor Freddy Borrego en la plaza Bolívar fue una pieza oratoria sin desperdicio, la exposición fotográfica nos recordó los buenos momentos del partido, se les entregó reconocimiento a 14 fundadores y todos los factores que integran La Unidad compartieron en el brindis. La Comisión Aniversaria, presidida por la incansable Carmen Feo, se botó. Felicitaciones a todos porque fue un esfuerzo colectivo.

 

Sergio Graffe

Salir de la versión móvil