Rebelión en el Sepinami puso a correr a las autoridades

 

Momentos de tensión se vivieron la tarde de este domingo luego de que un grupo de recluidos quemara el pabellón uno. Familiares molestos se apostaron en las afueras de las instalaciones y trancaron la vía por varios minutos.

La trifulca generada por los jóvenes reclusos, enalteció los ánimos de los familiares quienes trancaron la carretera vieja Caracas- Los Teques por alrededor de quince minutos, para exigir a las autoridades que los dejaran ver a sus hijos

Una riña donde quemaron colchones, salones y otros implementos se suscitó la tarde de este domingo en el Servicio de Protección Integral del Niño y Adolescente (Sepinami) que amerito la presencia de funcionarios de la Policía del estado Miranda (Polimiranda).

Extraoficialmente se conoció que el motín inició a las 03:30 de la tarde, cuando los muchachos comenzaron a gritar y a tronar las rejas para alzar al resto de los jóvenes recluidos. Esto como motivo de protesta pues las horas de visita fueron reducidas, luego de que el personal de seguridad decomisara varios teléfonos celulares durante las requisas corporales que se le realizan a los familiares que acuden semanalmente al centro.

A las afueras del lugar, se presumía que al menos 80 jóvenes se armaron con lo que pudieron y tomaron por completo el pabellón I del Sepinami, lugar en donde abrieron boquetes en las paredes y quemaron diversos objetos que formaron una densa nube de humo, que afecto al pabellón II y al área de féminas respectivamente.

La trifulca generada por los jóvenes reclusos, enalteció los ánimos de los familiares quienes trancaron la carretera vieja Caracas- Los Teques por alrededor de quince minutos, para exigir a las autoridades que los dejaran ver a sus hijos. Asimismo, denunciaron que son victimas constantes del personal del lugar, pues los tratan como “perros” y los obligan prácticamente a desvestirse a la hora de inspeccionarlos, sin importarles si son hombres o mujeres.

María Machado, familiar de uno de los reclusos expresó que “ellos tienen la maña de reducir las visitas cada vez que les da la gana, y cuando venimos a visitar nos desnudan completamente (…) entonces qué pasa, que hay maestros y hasta la misma directora que pasan teléfonos, drogas, pasan toda clase de porquerías y luego salen a decir que somos los representantes los que hacemos esas cosas, sin darse cuenta que ellos mismos son los que están perjudicando a nuestros hijos con esas acciones”.

Manifestaron que no es primera vez que ocurre una situación similar, y denunciaron que son los mismos trabajadores del recinto quienes se prestan para ingresar cosas al lugar. Además resaltaron que es imposible que ellos puedan pasar artículos a sus hijos, pues sólo las dejan entregarles galletas y comida en envases transparentes.

“A nosotras nos revisan el cabello, nos mandan a agachar y a pujar y todo, entonces cómo van a decir que nosotras pasamos teléfonos y droga… es imposible”, añadió Dulce María Guerrero.

Ronald Padrón
rpadron@laregion.net

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