Medidas para apaciguar colas generan más molestias entre los compradores

HARINA PAN
Donde expenden según terminal de cédula de identidad siguen sin mermar las filas

Tres horas de cola y un par de aguas minerales después, Gloria Pérez logró ingresar al Central Madeirense del centro comercial La Hoyada, donde este jueves expendieron papel higiénico. Cuando sacó el efectivo para cancelar, le pidieron la cédula y al ver los últimos dígitos le dijeron que no era su día de compra.

Con lágrimas de frustración, pidió que la dejaran cancelar solo por esta vez y así fue; no obstante, no todos los compradores corren con la misma suerte y por lo general son “rebotados” para enseñarlos que deben hacer sus compras cuando les corresponde.

La medida que busca minimizar las aglomeraciones en las afueras de supermercados, abastos y perfumerías, en principio fue vista con beneplácito entre quienes la percibían como la panacea a sus problemas, pero pronto comenzaron a surgir más los contra, dejando de un lado los pro.

“Pocos son los locales donde han hecho una campaña de información para divulgar los días de atención a los clientes; sé cómo es el movimiento en las bodegas Mercal y Pdval porque ha salido en la prensa en reiteradas ocasiones y cuando uno llega a la calle Ricaurte, por ejemplo, las mismas personas advierten cuáles son los números a los que están atendiendo”, explicó Rosa Marcano, habitante de la urbanización Alto Verde.

–Otro problema que ha surgido es que no garantizan que llegue mercancía todos los días; es decir, a mí me toca comprar los miércoles pero resulta que por lo general la mercancía llega los martes; cuando voy no hay nada para comprar y llego con las manos vacías a mi hogar.

La reflexión es respaldada por otros compradores como Julián Villamizar, residente de José Manuel Álvarez y TSU en Administración que se resuelve haciendo carreritas en su carro Chevrolet Corsa.

–La semana pasada llevé a un par de señoras hasta La Rosaleda Sur en San Antonio de los Altos y aprovechando que no se veía cola me metí en el Farmatodo, resulta que había desodorante, champú y máquinas de afeitar. El viernes me tocó otra pasajera por la zona y me volví a meter en el negocio, iba a comprar otros dos desodorantes pero para mí sorpresa cuando fui a pagar y me pidieron la cédula laminada, la cajera me dijo que no me salía, que ya había efectuado mi compra de la semana, por lo que debí abandonar el producto y retirarme del local; me dio hasta pena porque me vieron como un bachaquero quienes iban detrás de mí.

Aunque la estrategia trata de mantener a raya a los revendedores, termina afectando a los compradores habituales. “En mi casa somos seis personas y cada uno solía utilizar su desodorante, ahora nos dividimos uno para mi esposa y dos hijas y otro para mí y mis dos chamos”, confesó para rematar con la frase “estamos pagando justos por pecadores, tal y como pasó con los fulanos raspacupos y las actuales limitaciones para acceder a las divisas”.

Prevenido vale por 2

Pese a que hay muchos revendedores a lo largo y ancho del país, también es una realidad que en vista de la intermitencia que tiene la llegada de al menos 30 productos básicos a los anaqueles de los supermercados altomirandinos, las amas de casa, como respuesta instintiva, desean comprar un producto cada vez que llega a los anaqueles.

“Se suponía que la escasez del papel de baño había sido resuelta satisfactoriamente pero la realidad es que no hay y nuevamente estamos haciendo colas para adquirirlo; si pasa con un producto tan básico como este, no me quiero imaginar qué pasará con otros que son prescindibles como los pañales desechables, porque los que no quieren reconocer la realidad desean que volvamos a usar los de tela. Entonces qué hace uno, compra cada vez que llega porque no se sabe cuándo volverá a desaparecer de manera permanente”, expresó Carla Alonso, quien reconoce meterse en cuanta cola se topa en la calle.

–El desodorante y champú no se me van a dañar si los guardo, en cambio si no tengo mis reservas iré a estar maloliente, porque ni siquiera hay jabón de panela para bañarse en caso de emergencia y ante la insistente ausencia de jabón de tocador. Pese a que cada día uno ve más colas por doquier, no creo que nos estemos acostumbrando, más bien considero que nos estamos preparando, así como hacen los animales de cara al invierno, sólo que a nosotros lo que nos viene será más largo que una simple estación.

Johana Rodríguez jrodriguez@diariolaregion.net / @michellejrl

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