En 9 de cada 10 carnicerías altomirandinas no se consigue carne de res

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Carniceros hacen esfuerzos extraordinarios para mantener las santamarías arriba pese a las fallas en el despacho de mercancía

Las chuletas ahumadas se han convertido en las grandes aliadas de las amas de casa, quienes han tenido que echar mano de este sustituto debido a la escasez de carne de res y pollo.

“Antes era complicado hallar las versiones reguladas, por decirlo de alguna manera; ahora no hay ni barato ni caro”, se quejó Ester González, quien este miércoles recorrió tres carnicerías en la capital mirandina y se topó con neveras vacías a su paso.

–Cada día la situación se pone más negra en el país. Antes había la opción de comprar la carne empaquetada o pedirla al gusto en la carnicería pero ahora no hay en ninguno de los dos puntos. Está tan caótica la situación que en algunos supermercados quitaron las neveras porque simplemente no tienen nada que ofrecer.

La entrevistada, residente del barrio Guaremal, refirió que la última quincena le ha rendido más de lo habitual. “Ojalá fuera porque las cosas están más baratas, la realidad es que no he gastado todo el dinero porque no he encontrado lo que busco. He tenido que comprar paqueticos de granos e ir acostumbrando a los chamos a que se comerá carne y pollo cuando se pueda y no interdiario como solíamos hacer en la casa”, confesó.

–Aunque muchos optan por comer chuletas, yo no me puedo dar ese lujo porque dos salen en mínimo Bs. 200 y en mi casa son cinco bocas que alimentar con dos sueldos mínimos.

Todos sufren

Al otro lado de esta realidad están los carniceros, quienes dicen estar haciendo esfuerzos extraordinarios para mantener las santamarías arriba pese a las fuertes fallas en los despachos, realidad que vienen sorteando desde hace más de año y medio y que se ha agudizado durante 2015.

“Empezaron reduciéndonos las cantidades de los pedidos: solicitábamos tres reses y nos llegaba una a la semana; ahora podemos pasar quince días sin que nos llegue absolutamente nada”, explicó José De Sousa, trabajador del ramo que tiene su negocio en Carrizal.

–Antes resolvíamos vendiendo pan cuadrado, granos enlatados, jugos y refrescos pero todos los despachos están paralizados y cada vez tenemos menos opciones para sobrevivir. Lo peor es que cada mes tenemos que cancelar el alquiler del local, servicios básicos, limpieza y la nómina.

No se quedan atrás los dueños de restaurantes, donde ante la escasez de carne y pollo deben limitar las ofertas en el menú. “Lo más trágico es que cuando lo encontramos es muy caro y se refleja tanto en el precio del plato de comida como en las caras de nuestros clientes”, explicó quien sólo se identificó como “Kike”, quien trabaja en un local en el casco central de Los Teques.

–Un menú de milanesa de pollo a la plancha con ensalada mixta y papitas fritas a mediados del año pasado lo ofrecíamos en 125 bolívares; desde entonces lo hemos subido no menos de 10 veces. Arrancando el 2015 lo ofertamos a Bs. 230 y ya va por 285. No es que seamos abusadores, es que no podemos trabajar para perder y el pollo y la carne regulados son una leyenda urbana, simplemente no existen.

Realidad generalizada

El desabastecimiento de estos rubros no es exclusivo de los Altos Mirandinos. A nivel nacional los índices de escasez rondan el 90 % según el presidente de la Asociación de Carniceros del estado Carabobo, Rafael Alfano.

“No podemos cerrar porque sería un boicot, estamos a la espera del producto regulado  para poder vender (…) mientras tanto comercializamos puerco, chivo, y ovejo (…) En los venideros días se volverán a instalar las mesas de trabajo y creemos que se llegue a feliz término”, dijo en entrevista concedida al canal de noticias Globovisión.

Alfano aseguró además que el contrabando de extracción acentúa la escasez de carne en Venezuela, pues se fugan rebaños por la frontera.

Mientras sale humo blanco de las reuniones pautadas entre voceros del sector cárnico nacional y el Gobierno, las amas de casa siguen recorriendo esperanzadas locales a ver si cuentan con suerte de hallar lo que buscan; sin embargo, la mayoría de las veces se topan con neveras vacías y vendedores que no saben qué responder a la pregunta ¿Cuándo llegará mercancía?

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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