Cumbre de tres países

Arranca la Cumbre de las Américas  con una agenda diversa donde se abarcan temas económicos y estratégicos de amplio espectro, sin embargo la atención del mundo está en las palabras y acciones de los mandatarios de Estados Unidos, Venezuela y Cuba. Se pudiera decir que es una cumbre de tres países.

Está trilogía de amor y odio hoy se encuentra en su forma más extraña. Ya no es Hugo Chávez abogando por el país caribeño, sino Barack Obama haciendo las paces directamente con ellos, al tiempo que se divorcia de Maduro.

El presidente estadounidense se ha jugado cartas interesantes. Antes de la Cumbre, se dio una vuelta por países del Caribe, como Trinidad y Tobago, para trazar planes en el área energética, financiarlos y reducir su dependencia a los envíos de Venezuela a través de Petrocaribe, al mismo tiempo que Estados Unidos obtiene parte de su explotación petrolera. Con esto, no solo gana espacio para disminuir la entrada de crudo nacional en Norteamérica, sino que obtiene solidaridades automáticas en espacios internacionales como la Organización de Estados Americanos, donde nuestro país ha tenido respaldo de los caribeños como clientes satisfechos.

Estados Unidos tiene dos objetivos fundamentales: proteger sus negocios en el continente y recuperar algunos apoyos políticos que ya el Gobierno venezolano no puede comprar por la crisis general que vive el país, mientras que ellos si tienen los dólares para hacerlo. No es casual que en la agenda de Obama esté reunirse en privado con los mandatarios demócratas de Chile, Costa Rica y Uruguay, quienes si bien no son aliados de Maduro tampoco han manifestado rechazo a sus conductas dictatoriales.

El papel del gobierno venezolano, por su parte, es más de bulla que de cabuya. Gritará Maduro a los 7 vientos que el imperio es lo peor, mientras sus empresas explotan nuestros recursos en Guyana y la Faja Petrolífera del Orinoco. El sistema financiero internacional es pragmático y el régimen lo sabe, por lo que no les queda otra que montar un show al no contar con el respaldo de una chequera abultada como la de años anteriores.

Entretanto, a Cuba no le queda más que escuchar los planteamientos de Obama y aplaudir. Ya todo está cuadrado. El Departamento de Estado envió la comunicación para sacar a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, Obama manifestó su intención de firmarla y enviarla al Congreso para su aprobación. Son pasos importantes que ubican al país caribeño de nuevo en la esfera del comercio internacional.

El régimen le tiene pavor al liderazgo de Delsa Solórzano y por eso la persigue, amedrenta y trata de quebrantarla. La verdad, no creo que puedan con una dirigente frontal, comprometida y con un inmenso respaldo popular, que ha acompañado cada proceso por el rescate de la democracia en nuestro país, así como ha defendido los Derechos Humano de estudiantes y políticos presos.

Tratan de involucrarla en un hecho delictivo para allanar su inmunidad y evitar lo que ya es inminente: su candidatura victoriosa en la Asamblea Nacional donde será una excelente parlamentaria, de eso no me cabe la menor duda.

 Ya se cumplen 14 años de aquel 11 de abril de 2001 que combinó la gloria de un pueblo descontento que se volcó a las calles, con el desafuero de un pequeño grupo plutocrático que aprovechó la situación para asirse del poder por unos instantes donde apartaron a los partidos políticos, a los gremios y al pueblo que había conducido la rebelión. Rompieron el hilo constitucional y, en criollo, se volvieron locos.

Hoy la mayoría de los 19 caídos aquel día no han recibido justicia. Desde el asesinato del fiscal Danilo Anderson se detuvieron las investigaciones y sus familias aun los lloran con el pesar de saber que sus asesinos andan por allí como si nada. Exigimos justicia.

Clara Mirabal / diputada Clem

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