Venezuela en el siglo XX

A veces necesitamos opiniones externas para comprender el atraso en el que nos tienen metidos quienes nos gobiernan desde hace 16 años. Lo que me preocupa es que en esta oportunidad la critica me la haya hecho un compañero boliviano, pues esto quiere decir que incluso países infinitamente inferiores en recursos naturales, capital humano y profesional, se encuentre en mejores condiciones que nosotros en lo que respecta a infraestructura y calidad de vida.

Y es que a todos nos molesta que extranjeros critiquen nuestra Patria y la defendemos a ultranza incluso corriendo el riesgo de equivocarnos, pero cuando acaba la discusión debemos sentarnos a reflexionar. Es por ello que les comento esta experiencia, pues ese amigo boliviano me hablo sobre las condiciones generales de nuestra infraestructura urbana, la seguridad ciudadana y la anarquía generalizada. Lamentablemente, tiene razón.

Nuestras ciudades están destruidas, difícilmente conseguimos obras extraordinarias que valga la pena ver y visitar. Si no fuera por nuestros recursos naturales el turismo en Venezuela no existiría debido a que  arquitectura creativa y moderna prácticamente no hay. Es difícil conseguir un bulevar donde caminar, tomarse algo y estar tranquilo.

De la seguridad ciudadana no debo hablar mucho. Aquí mandan los delincuentes. Todos los venezolanos han sido víctimas del hampa directa o indirectamente. El miedo es la norma.

Por último, la anarquía generalizada se representa con mucha fuerza en nuestras calles. La falta de controles a motorizados es la máxima expresión de esta anarquía. Hacen lo que les da la gana, literalmente, y los que cumplen las reglas cada vez son más minoría. Pero no se limita a eso. Hacer un trámite gubernamental es desordenado, caminar las calles es desordenado, buscar donde estacionarse es desordenado, hacer mercado es desordenado, hasta la política es desordenada porque no aborda los problemas reales y cotidianos de la gente que son los que hoy describo.

Con esta reflexión quiero hacer saber sobre lo que debemos cambiar y ante lo cual no nos podemos resignar. Cansa no poder salir a la calle sin miedo, cansa que nuestros hijos no puedan tener una infancia como la nuestra jugando en las calles, cansa el desastre diario que vivimos… todo esto es posible transformarlos paso a paso por las vías democráticas hasta lograr finalmente un cambio de régimen. Lo primero es votar en las elecciones parlamentarias y ganar una mayoría democrática que logre establecer leyes y garantizar un presupuesto nacional con mayor inversión en los temas fundamentales; además de ir cambiando de una vez por todas la correlación de fuerzas políticas de manera que una mayoría opositora del pueblo como la que exista se vea reflejada en las posiciones de gobierno. Es una locura que nos gobierne una gente sin respaldo popular y la única forma que los demócratas utilizamos para cambiarlos es a través de elecciones. Que el cambio sea indetenible.

Terremotos, inundaciones y erupciones.- El mundo se enluta ante el horror de una naturaleza que no perdona. Nepal hoy sufre la inclemencia que no podemos controlar, aunque sí prevenir. Ya van más de 10mil fallecidos por el terremoto que sufrió la nación asiática y las imágenes de destrucción son increíbles. Por otra parte, en Brasil hay inundaciones con una decena de víctimas fatales, y en Chile se espera la erupción de un volcán enorme. En todos estos casos debe expresarse con más fuerza la solidaridad de toda la humanidad para ayudar a las víctimas y reconstruir espacios de manera que próximos embates no sean tan devastadores. En nuestro país somos privilegiados por la zona de ubicación geográfica que no nos expone a demasiados problemas con la naturaleza. De igual forma, hay que estar alertas siempre, hacer talleres y construir con conciencia antisísmica.

Salir de la versión móvil