La violencia marca inicio de elecciones en México

Ciudadanos encabezados por padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa queman boletas electorales en Tixtla, Guerrero, el domingo 7 de junio de 2015
Ciudadanos encabezados por padres de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa queman boletas electorales en Tixtla, Guerrero, el domingo 7 de junio de 2015

Los enfrentamientos comenzaron, sin embargo, poco después entre los manifestantes que llamaban al boicot y en torno a un millar de civiles armados con palos y piedras se enfrentaron a estudiantes, maestros y policías comunitarios en un intento dijeron de defender su derecho al voto

México inició este domingo sus elecciones con la amenaza del boicot convocado por diversos grupos sociales, que quemaron algunas casillas al inicio de la jornada en los estados de Guerrero y Oaxaca, y el miedo a que pueda haber algún brote violento como los que ya se presentaron durante la campaña electoral.

Efectivos del ejército, la marina, la policía federal y la fiscalía se desplegaron sobre todo en los estados del suroeste del país para «garantizar las mejores condiciones para que la ciudadanía pueda ejercer su derecho al voto», indicó el sábado el comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido.

Sin embargo, en algunos lugares como la localidad de Tixtla, en el estado sureño de Guerrero y donde no había despliegue federal, justo a la hora de apertura de las casillas comenzó también el boicot, protagonizado en ese municipio por estudiantes, maestros y padres de los 43 alumnos de magisterio desaparecidos en septiembre en ese estado y que fueron uno de los grupos que llamó a no votar en estos comicios.

«Nosotros queremos que primero aparezcan los jóvenes y después que haya elecciones», dijo Martina de la Cruz, madre de uno de los desaparecidos.

Los padres de familia se acercaron a los funcionarios de casilla para pedirles las boletas electorales y que se unieran al boicot, y después quemaron al menos siete casillas y toda la papelería electoral aunque, según el maestro Miguel Vargas todo se hizo de «forma pacífica».

Los enfrentamientos comenzaron, sin embargo, poco después entre los manifestantes que llamaban al boicot y en torno a un millar de civiles armados con palos y piedras se enfrentaron a estudiantes, maestros y policías comunitarios en un intento dijeron de defender su derecho al voto.

«Tixtla ya está cansada de esta gente», dijo una enfermera que no quiso revelar su nombre.

En Oaxaca, los representantes del Partido Revolucionario Institucional, Orlando Acevedo, y del Partido de la Revolución Democrática, Noel García Pacheco, denunciaron la quema de al menos tres casillas en el municipio de Santo Domingo de Tehuantepec.

Los actos de boicot de las últimas jornadas, en los que participaron también miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), un sindicato de maestros que se opone a las reforma educativa del gobierno, se tradujeron en protestas, quema de boletas y ataques a sedes electorales.

Además, el crimen organizado «entró» en campaña con el asesinato de más de una docena de candidatos u operadores políticos que no se han esclarecido.

En Chiapas, uno de los estados que junto con Guerrero, Oaxaca y Michoacán suponen los principales focos de tensión, las casillas se abrieron sin incidentes pero los maestros han anunciado la toma de los medios de comunicación estatales.

Las autoridades electorales lanzaron llamados a que se permita la realización sin contratiempos de la jornada electoral en la que se renovarán los 500 asientos de la Cámara de Diputados, los gobiernos en nueve de 31 estados, además de cientos de alcaldes y legisladores locales.

El presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, reiteró el domingo a la apertura de las casillas su llamamiento a los mexicanos para que acudan a votar y para que denuncien cualquier presión o irregularidad.

Diez muertos deja choque
entre policías comunitarios

Un enfrentamiento entre grupos de policías comunitarios en una localidad a 40 kilómetros del puerto de Acapulco, en el estado sureño de Guerrero, provocó la muerte de al menos 10 personas, informaron autoridades.

Un funcionario estatal dijo que el choque en el municipio de Xolapa causó la muerte de al menos 10 personas pero Bertoldo Martínez, del Movimiento Popular Guerrerense, el grupo al que pertenecían los comunitarios, elevó la cifra de fallecidos a 16. El funcionario habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a informar a la prensa.

El enfrentamiento se produjo el sábado por la tarde cuando dos grupos de policías comunitarios se encontraron para dialogar sobre diferencias por el territorio, ya que el corredor Acapulco-Chilpancingo es una zona que se disputan varias facciones de una organización conocida como Frente por la Seguridad y el Desarrollo del estado de Guerrero (FUSDEG), parte del Movimiento Popular Guerrerense.

Martínez indicó que entre los fallecidos figura Ignacio Policarpo, dirigente de una de las facciones en pugna.

En la carretera donde tuvo lugar el enfrentamiento se veían rastros de sangre. Los cadáveres fueron recogidos por familiares que los llevaron a sus casas para velarlos.

La fiscalía del estado confirmó el enfrentamiento pero dijo que investiga el número total de fallecidos.

La víspera del choque, Ignacio Policarpo había advertido que los integrantes del FUSDEG se habían aliado con la delincuencia organizada y buscaban asesinarlo.

AP

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