Alejandro Botía.- Al cumplirse 18 y 16 días del inicio de las huelgas de hambre emprendidas por los exalcaldes Daniel Ceballos y Leopoldo López, ambos en prisión, se aproxima el punto de quiebre o límite dentro del cual puede un organismo soportar la falta de comida sin sufrir consecuencias irreversibles, y el momento en que el ayuno prolongado comienza a representar un peligro para la vida.
Las huelgas de hambre, de acuerdo con la Declaración de Malta, constituyen una forma de protesta de quienes no tienen otras maneras de dar a conocer sus demandas. Según el documento suscrito por la Asociación Médica Mundial en 1991, estas personas por lo general no desean morir, pero pueden estar preparadas para hacerlo con el fin de lograr sus objetivos.
Al rechazar los alimentos durante un período importante de tiempo, por lo general esperan lograr ciertos objetivos con una publicidad negativa para las autoridades. Sin embargo, cuatro casos emblemáticos ocurridos en Irlanda del Norte, Alemania, Cuba y Venezuela, atestiguan cómo las huelgas de hambre, cuando deciden llevarse hasta sus últimas consecuencias, terminan con la muerte de sus protagonistas sin que se hayan logrado los objetivos.
Holger Meins en Alemania
Como miembro de la Fracción del Ejército Rojo (RAF), movimiento armado de corte antiimperialista surgido en Alemania Occidental durante la década de los 70, el joven estudiante Holger Meins fue capturado durante un operativo policial en un depósito donde se fabricaban explosivos para actividades insurgentes.
En prisión, varios convictos de la RAF iniciaron varias huelgas de hambre en protesta contra las condiciones de aislamiento a las que fueron sometidos. Meins inicio su tercera y última huelga de hambre el 13 de septiembre de 1974 y aunque fue alimentado por la fuerza, murió el 9 de noviembre de 1974, tras 58 días de huelga. Con una estatura de 1,86 metros, Meins llegó a pesar 39 kilos al momento de su muerte.
El caso de Boby Sands en Irlanda del Norte
En 1981 Boby Sands, integrante del IRA (Ejército Republicano Irlandés, por sus siglas en inglés) emprendió una huelga de hambre en Irlanda del Norte para presionar el restablecimiento del Estatus Especial para los militantes de la causa independentista, a fin de recuperar el reconocimiento del carácter político de sus detenciones, que el Gobierno británico había eliminado cuatro años atrás.
Condenado a 14 años de prisión por posesión de armas de fuego, Sands lideró la huelga a la que se sumaron otros prisioneros y que fue la continuación de una primera protesta de ayuno efectuada a finales de 1980, que duró 53 días.
El 1 de marzo, Sands inició la protesta que reclamaba el derecho a no vestir uniforme de presidiario, a no realizar trabajo en prisión, a tener una visita, una carta y paquete por semana y la plena restitución de la remisión perdida durante la protesta.
Pese a la sumatoria de nuevos reos a la huelga y al hecho de que el propio Sands fuera electo al parlamento estando en prisión, el Gobierno de Margaret Thatcher no cedió a las peticiones. Tras sesenta y seis días en huelga de hambre, Sands falleció el 5 de mayo y en las semanas siguientes murieron otros nueve reos, luego de lo cual la protesta fue desconvocada.
Orlando Zapata en Cuba
Miembro del Movimiento Alternativa Republicana, y detenido durante la represión de la llamada Primavera Negra que llevó a la cárcel a 75 disidentes en 2002, el luchador por los derechos civiles Orlando Zapata inició una huelga de hambre el 3 de noviembre de 2009 como protesta contra el Gobierno cubano, por haberle negado el uso del uniforme blanco que visten los disidentes, así como para denunciar las condiciones de vida que llevaba tras ser condenado a 36 años de prisión.
Frente a la indiferencia del régimen castrista, el estado de salud de Zapata empeoró y en febrero de 2010 fue trasladado a un hospital donde falleció el 23 de febrero, tras protagonizar una huelga de hambre de 86 días
Pese a que su condena se produjo por los cargos de desacato, desorden público y desobediencia civil, para las autoridades cubanas Zapata fue un delincuente común. Para organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional, Zapata fue un prisionero de conciencia.
Franklin Brito
Tras varias huelgas de hambre en procura de la restitución legal de sus tierras, expropiadas por el Gobierno chavista, el productor agrícola Franklin Brito emprendió el 1 de marzo de 2010 su última protesta de ayuno.
El 5 de mayo Brito cumplió 143 días recluido en el Hospital Militar y 65 días de haber retomado su huelga de hambre. Se negó a recibir alimento e hidratación y un mes más tarde emprendió además una huelga de sed. El 12 de agosto el productor agrícola radicalizó su protesta, suspendió el uso de suero y sólo tomaría agua.
El 20 de agosto Brito entró en coma inducido, en terapia intensiva, y diez días más tarde falleció. Los primeros informes señalaban que sufrió un infarto.