“El travestismo para mí es un arte”

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Para pasar de Danny a Sharool, como es su nombre artístico, enfrenta un proceso arduo y largo de 3 horas

Danny Narciso Rengifo Cisneros es un mirandino de nacimiento que actualmente tiene 32 años de edad. Es el menor de tres hermanos y el único varón. Creció en Charallave junto a su familia como el niño consentido, el que no se puede ensuciar o el que no puede salir a jugar.

En su infancia, Danny era ese chico carismático con entusiasmo que jugaba con los demás niños y que incluso tenía atracción por las niñas, pero siempre hubo esa otra parte en la que admiraba todo lo referente a la mujer; según relató es un amante de todos los accesorios femeninos, lo que de cierta manera lo identificaba como persona y poco a poco fue explorando su lado femenino montado en tacones y personificando a artistas en su casa.

A los 14 años su inquietud fue mayor por las cosas de mujeres e incluso se maquillaba a escondidas y actuaba interpretando cualquier cantante, en especial, Miriam Hernández, su mayor ídolo.

Se muda a Caracas a los 20 años, ya que su familia le dejó de hablar tras confesar su homosexualidad.

Al visitar una discoteca homosexual presenció un espectáculo que le llamó mucho la atención. Se convenció de que debía estar ahí.

Se describe como un chico narciso, alegre, trabajador y responsable con sus valores bien presentes. Su sonrisa se ha convertido en su tarjeta de presentación. Al principio de su vida era un chico “mojigato” pero en Caracas eso tuvo que cambiar.

A los 14 años su inquietud fue mayor por las cosas de mujeres e incluso se maquillaba a escondidas

Para Danny el travestismo es un arte, “no lo veo como un hombre vestido de mujer haciendo un show travesti; para mí es algo más artístico, es un arte que a quien lo hace con pasión y dedicación siempre le quedará mejor. Estudié teatro y por eso siento que esto que hice en tarima fue lo mejor y con el mejor empeño posible”.

En su trayectoria se presentó en 5 clubes nocturnos, en los que quedó a través de diversas audiciones.

Para pasar de Danny a Sharool, como es su nombre artístico, enfrenta un proceso arduo y largo de 3 horas; “el travestismo representa no solo vestirse de mujer sino hacerlo bien, que no se note el cambio; ser cuidadoso con los detalles e incluso estar pendiente de esos trucos para que no se marque nada en el medio o para tener un mejor disfraz. Para que no se caiga la peluca hay que ponerse un punto de pega loca en cada lado de la cabeza, así no se mueve. Entre tantas cosas, la preparación tanto física como psicológica para salir a escena es de suma importancia; si se van hacer las cosas tienen que ser bien para ser los mejores en lo que hagamos”.

Representa a Miriam Hernández, Olga Tañon, Mecano y Mónica Naranjo entre otras. Caracteriza sus presentaciones por buscar personajes sencillos sin tanta coreografía, ya que prefiere montarse en la tarima e improvisar. Siempre aspiró participar en concursos travesti como el de la elección para la Reina de la Marcha GLBTI (Gays, Lesbianas, Bisexuales e Intersexuales), o el de Bellas entre Bellas; sin embargo, ha participado en concursos como el de reina de Carnaval y otros eventos gay.

En este momento de su vida ha decidido ser radical: “adoro los accesorios de mujer pero he pensado con cabeza fría dejar el travestismo a un lado, quiero ser un hombre serio”. Ha sentido más rechazo social vestido de hombre que de mujer.

Actualmente es estilista en un salón de belleza de Caracas; “hace unos años comencé a trabajar en una peluquería y realmente siento que puedo quedarme solo con este trabajo porque estoy haciendo algo que me gusta, disfruto mucho poner bellas a mis clientas porque salen felices y eso me satisface enormemente”.

Esto no hace que su idea sobre el travestismo cambie. Eso va en su corazón con amor y entrega. “Si volviera a nacer volvería a ser travesti”.gf

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