Si Maduro gana, nos vamos de Venezuela

Aunque oficialmente las elecciones convocadas para el 6 de diciembre de este año son para escoger a los 167 diputados de la Asamblea Nacional, en el fondo se trata de una consulta popular que permitirá medir el nivel de rechazo o aceptación que tiene el gobierno de Maduro; y en consecuencia, los resultados pueden ser interpretados como una derrota o una victoria electoral para el presidente de la República. Es decir, aunque formalmente Maduro no es candidato, en la práctica sí lo es porque los candidatos oficialistas representan a su gobierno y tendrán que defenderlo durante la campaña electoral.

Esta percepción sobre las parlamentarias no es un capricho intelectual de este Politólogo sino a una visión compartida por la inmensa mayoría de los venezolanos, debido al carácter plebiscitario que le ha dado el propio gobierno al asociar los resultados con la continuidad o el desplome del Socialismo del Siglo XXI; y además, tendrá serias implicaciones políticas para el futuro del país, porque un contundente triunfo de La Mesa de La Unidad sobre el Gran Polo Patriótico puede significar el inicio de profundos cambios democráticos que se pueden impulsar desde el parlamento nacional y, a la vez, sentar las bases para un eventual referendo presidencial después de la mitad del periodo constitucional, a partir del 2.016.

Es la misma apreciación que tiene Yara, una de las tres hijas de un matrimonio amigo residenciado en un sector popular de Los Teques, porque está consciente de la importancia de la participación electoral en estas parlamentarias; pero que, junto al esposo y su hija de cinco años, siente los estragos materiales y emocionales de la tragedia venezolana que se manifiesta con crudeza a través de una descontrolada espiral inflacionaria, una brutal escasez y una criminalidad que tiene a todos en una zozobra constante; y por tal motivo, ha tenido la tentación de imitar a su hermana menor cuando hace seis meses se fue a los Estados Unidos a “probar mejor suerte”; y por eso durante una conversación con su madre, le soltó la mala noticia: “si Maduro gana, nos vamos del país”. Carmen no había superado el impacto cuando su otra hija que sigue soltera, remató con un angustioso: “yo me caso y también me voy, si gana Maduro”.

He sostenido que uno de los mayores daños espirituales, por no hablar de los daños materiales, del actual Socialismo del Siglo XXI es que ha causado una profunda división social entre los venezolanos al usar la polarización política como estrategia electoral, bajo la perversa premisa de que los “pobres” representan el 70% de la población y por eso no promueve su ascenso social; pero, además tan grave como lo anterior, es que produjo un irreversible desmembramiento de familias completas como lo registra la cantidad de más de millón y medio de venezolanos que se han vistos obligados a abandonar el país por razones económicas y por la inseguridad; de los cuales el 96% se estima que sean jóvenes profesionales y electores opositores o independientes.

Sin embargo, en medio de esa mezcla de sentimientos encontrados que padece Yara, aún mantiene la esperanza y el optimismo en un cambio urgente; y por eso ella, al igual que otros millones de jóvenes que piensan lo mismo, está dispuesta a darle otra oportunidad al país y a su familia; y no hay que ser adivino para saber cómo van a votar en estas parlamentarias.

ESTADO DE BARBARIE. En Venezuela está ocurriendo un fenómeno al que hay que ponerle especial atención pero pareciera que las autoridades no se han percatado, de acuerdo a la indiferencia observada. Se trata del crecimiento sostenido de linchamientos de delincuentes por turbas enardecidas, ante la incapacidad del Estado en garantizar la protección de los ciudadanos y de sus bienes. Hasta hace poco se habían registrado casos aislados por motivos relacionados con crímenes atroces; pero ahora los linchamientos los están ejecutando por delitos comunes, lo cual refleja la descomposición social en la que estamos sobreviviendo. Si esta situación no se controla a tiempo entraríamos en un punto de no retorno, que es previo a la barbarie; como acaba de suceder en el sector Variantes de Guayas, de Los Teques, cuando vecinos hastiados por la inseguridad capturaron a un violador, al que torturaron y le echaron candela hasta que murió. Jamás se puede justificar que los ciudadanos tomen la justicia por sus manos, pero el Estado tiene la obligación constitucional de protegerlos ante la delincuencia desbordada.

TIBISAY SE PASA DE “MARACA”. A los pocos días que la presión nacional e internacional le arrancara la fecha de las elecciones parlamentarias a Tibisay Lucena, ahora presenta un sobrevenido reglamento para exigir paridad de género en las postulaciones. Se trata de una decisión que favorece de forma grosera al Psuv porque este partido tiene tiempo para hacer los ajustes respectivos ya que este domingo es cuando define sus candidaturas; pero afecta negativamente a la MUD porque esta alianza ya presentó la maqueta de sus candidatos y ahora tendrá que hacer una revisión de cada caso, lo cual implica “resetear” todo el proceso de consensos y la propia dinámica de cada partido aliado. Por ejemplo en Miranda, habrá que hacer rectificaciones en los postulados por la lista y en los circuitos 3, 4, 6 y 7. Está claro que la intensión es generar abstención en el elector opositor, pero en mi opinión estos abusos producen un efecto contrario porque potencian la participación electoral para cambiar estos atropellos ventajistas.

HABEMUS CANDIDATUS. Este domingo se realizan las primarias del Psuv para escoger a 87 candidatos nominales a la Asamblea Nacional (los 80 restantes serán designados a dedo por la cúpula roja), y el miércoles pasado la MUD anunció sus propios seleccionados para completar la maqueta nacional, aunque tendrá que hacer algunos ajustes para cubrir la paridad de género. En el caso de Miranda, el Psuv va a un conteo en el cual ya se sabe que los predestinados son Elías Jaua, Claudio Farías, Elio Serrano, Blanca Eekhout, “El Potro” Alvarez, José Guillermo Yánez y William Ojeda; y por los altos mirandinos la cosa no sale de entre Raúl Salmerón y Erika Sanoja Ortega y aunque “el catire” Rodríguez sacará muchos votos, no serán suficientes para ganar pero sí para abrir un espacio político emergente.

Sergio Graffe

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