Reiteramos, más que nunca, #UniónYCambio

A los venezolanos nos complace saber de la unión de todos para comenzar con el cambio de rumbo de nuestra Venezuela. La Unidad nos ha marcado la ruta que seguirán las fuerzas democráticas desde ya y hasta el 6 de diciembre: tarjeta única, comando unitario y una estrategia común, que harán que nuestros diputados asuman la mayoría parlamentaria en enero de 2016.

El Padre de la Patria, el verdadero, nuestro Libertador Simón Bolívar, lo dijo en su momento: “necesitamos reunir todas nuestras fuerzas para lograr un golpe capaz de variar la suerte del país», y ese gran cambio, el democrático, el de la participación ciudadana, el del voto, lo daremos el 6 de diciembre.

Es la unión, que asumimos como un mandato de nuestro pueblo, la que coloca a las fuerzas democráticas a un paso de sellar una inequívoca e irreversible victoria en las próximas elecciones parlamentarias. Y los que están en la cúpula del gobierno lo saben. Por eso los vemos con desesperación inventando cuanto obstáculo se les ocurre para que la Unidad tropiece y los venezolanos pierdan la esperanza.

Nicolás y su cúpula se saben desde ya despedidos en su pretensión de imponernos un sistema político y económico fallido, un modelo generador de escasez y de pobreza, de muerte para las grandes mayorías.

Su respuesta era previsible, ya lo habíamos dicho. Cuando no se tienen argumentos y tienes una economía a pique, con 60% de escasez de productos de consumo masivo; con tres controles cambiarios y un mercado marginal, cuya tasa triplica la de Simadi, la más alta de las oficiales; con una producción agrícola que ha caído alrededor del 90%, haciendo necesaria la importación de alimentos para cubrir las necesidades de los venezolanos, nunca antes habíamos tenido que importar café, leche, arroz, harina de maíz, alimentos indispensables en la dieta del venezolano; y además sin dólares para las mismas; y con un gran saco de promesas incumplidas al hombro; este gobierno acudió a lo único que en estos años han demostrado que saben hacer, y muy bien: el asalto, el engaño, o lo que la sabiduría popular define como el “caribeo”.

Por eso, hemos visto cómo en los últimos días utiliza las instituciones del Estado, al CNE y la Contraloría, que volaron más ágiles que unos tucusitos para cumplir con el mandado de Miraflores de tratar inhabilitar la voluntad de cambio de un país que se cansó de sus chapucerías, de la ineficiencia e ineptitud de unos burócratas que se rasparon más de 800 mil millones de dólares de los ingresos petroleros y regaron de pobreza al país entero. Se estima que al finalizar el 2015, estará en situación de pobreza el 55% de la población, es decir, 18 millones de venezolanos; esto debido a la caída del ingreso, el aumento de la inflación –que estiman cerrará en 170% este año- y la escasez de alimentos. La pobreza está en el mismo punto que cuando se inició esta mal llamada revolución.

Nadie en el mundo puede comprender qué hicieron las lumbreras del gobiernito para lograr que el bolívar, que una vez fue divisa para el ahorro en otras naciones, esté hoy prácticamente desaparecido como moneda nacional; por qué si el país tiene las mayores reservas probadas de petróleo en el planeta, más de 15 millones de venezolanos viven actualmente en situación de pobreza.

Todo esto se debe, y se puede, cambiar. El 6 de diciembre podemos comenzar el cambio de rumbo para salir de un país devaluado y desabastecido, que obliga a nuestros jóvenes talentos a irse a otros destinos buscando el futuro que no sienten que nuestro país pueda darles. El cambio de rumbo es para construir una Venezuela de producción y de emprendimiento, que ofrezca oportunidades de progreso para todos.

Por ello, en los 132 días que nos quedan para expresarnos, tenemos que multiplicar nuestros esfuerzos para fortalecer la unidad democrática. Porque, ahora, más que nunca, es el momento de la unión, de la comunión de criterios, de la suma ideas y de esfuerzos. Es el momento de los intereses del país, de un solo país, el de todos los venezolanos. Ahora, más que nunca, es la hora de la unión para lograr el cambio que claman los venezolanos.

Esa unión es la clave, esa es la muralla contra la que chocará este grupito de alucinados por hundirnos en el subdesarrollo. Juntos podemos lograr lo que nos propongamos, por eso les digo que sobran razones para unirnos. ¡Que Dios bendiga a nuestra Venezuela!

Henrique Capriles Radonski

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