La comunidad Variantes de Guayas consta de alrededor de 700 familias, quizás más, en toda su extensión; la mañana de este jueves algunos de los principales representantes y voceros de esas 700 familias alegaron encontrarse totalmente desamparados por parte de las autoridades policiales de la localidad.
Afirman que es solo cuestión de tiempo para que deban tomar la justicia en sus manos como sucedió el pasado 22 de junio cuando la comunidad hizo justicia por sus propias manos y ante la ineptitud de las fuerzas policiales de la zona, lincharon y quemaron los restos de un violador que habría sido atrapado en flagrancia en uno de los sectores.
En ese momento vecinos declararon que cuando el gobierno no es garante de la seguridad y la justicia de su pueblo, éste procede a actuar; “nos han empujado a esta situación”.
Dos meses después los residentes del sector alegan que aunque no han repetido la acción, en cualquier momento se activa lo que ellos mismos denominaron Operación Cacerola.
“La Operación Cacerola es nuestro único recurso para autoprotegernos, tenemos una comunidad organizada que al menor movimiento extraño se activa y con el cacerolazo nos indica que hay que proceder, pues alguien perturba nuestra seguridad”, aseguró Carmen Feo, habitante de la calle principal del sector.
Indicó que se trata de un recurso bastante perturbador para todos, pues la violencia emanada en este tipo de actos es indescriptible; “yo duré casi una semana sin poder dormir después que lincharon al violador, recuerdo las imágenes, es muy fuerte”.
Sin embargo alega que gracias a esa acción la cantidad de crímenes en la zona llegó a reducirse considerablemente.
“Es culpa de la ineptitud del módulo policial, no hace nada; uno pasa frente a él y siempre está vacío, aquí roban, matan, y ellos se encuentran de adorno”.
Incluso indicó que muchas veces cuando hay algún acontecimiento importante ha llegado al lugar del crimen la Policía de Aragua primero que los funcionarios locales.
Sin agua
Por su parte, Yelitza Ramírez indicó que en la calle El Turpial, lugar donde reside, no cuentan con servicio directo de agua desde hace aproximadamente 15 días.
“En ese sector hay como 300 familias que llevamos dos semanas sin gota de agua”, dijo.
Informó que la situación se ha vuelto alarmante, “queremos saber cuál es la mamadera de gallo que tienen con nosotros; ¿Para Los Límites si hay agua y para nosotros no? Exigimos respuesta inmediata por parte de Hidrocapital”.
Agregaron que si la situación persiste procederán a cerrar el Kilómetro 38 la carretera Panamericana.
Falta alumbrado público
Otros vecinos también alegaron que existen persistentes fallas en cuanto al servicio de alumbrado público.
“Del sector La Vuelta hasta abajo es una boca de lobo, ni un bombillo funciona”, dijo Carmen Rodríguez, quien aseguró que hace varios meses el personal de Corpoelec se apersonó en el sitio para arreglar uno de los transformadores que según informaron estaba dañado.
“Vinieron y se fueron y el transformador quedó malo, seguimos sin luz”.
Transporte deficiente
Habitantes del sector también se quejaron de las fallas en el transporte público, así como en la vialidad de la zona.
“Los autobuses sólo pasan hasta cierta hora debido a la inseguridad y al mal estado de las calles del lugar, muchos de los que deben trabajar hasta tarde pagan taxi o resuelven un transporte todos los días para llegar a su hogar”, aseguraron los residentes.
ZA