Judith Del Carmen (nombre ficticio), nacida en un pueblo llamado “Carache”, sector La Morita del estado Trujillo, recuerda que su niñez estuvo llena de momentos “buenos y otros no tanto“.
Fue abandonada por su madre y criada por sus abuelos maternos. “Mi madre biológica no me crió, me regaló a mis abuelos con los que crecí en un pueblo; ellos me dieron mucho cariño pero también me ponían a lavar, planchar y cocinar para otras personas que no eran parte de la familia. Criaban muchos animales y me obligaban a llevarles comida a los cochinos, gallinas y perros. Lo único bueno es que me pusieron a estudiar.”
Al culminar su bachillerato, a los 16 años de edad, se trasladó a Caracas para reunirse con su madre, quien le había ofrecido estudios universitarios, lo cual no cumplió. Judith tuvo que buscar empleo, y consiguió como cajera de supermercado en la avenida Sucre de Catia, ahí conoció a su pareja.
“Él era un chico muy caballeroso, me invitaba a restaurantes; me compraba el desayuno, me llevaba chocolates, rosas, me regalaba pantalones, carteras y además cubrió los gastos de mis estudios universitarios como Técnico Superior Universitario en Educación hasta que nos hicimos novios. Yo me enamoré de él pensando que era muy bueno y resulta que no era así.”
Cuando comenzaron a vivir juntos empezaron los cambios en él. La agredía verbalmente. Su ira se fue incrementando hasta que le propinó la primera de muchas golpizas.
“Me anuló como mujer, no me dejó ejercer la carrera; me decía que no le gustaba esa porquería de comida. Recuerdo que él usaba medias blancas y me quedaron amarillas, yo no sabía aún lavar ropa blanca y me las lanzó en el piso diciendo que yo era una porquería, que no servía para nada. Un día comenzó a golpearme, me pegaba por los brazos y me dejaba morados; me daba con correas y puntapiés.”
Él la quería tener a su merced, la obligaba a ponerse solo lo que él quisiera y lo que le gustaba, sin importar su opinión. Si ella le llevaba la contraria era peor, se molestaba y la agredía.
Así pasaron tres años, el agresor decidió quitarle las pastillas anticonceptivas a Judith porque quería tener un hijo, y aunque ella no estaba muy de acuerdo, pues así lo hizo. “Al quitarme las pastillas quedé embarazada enseguida”, señala Judith .
–Al inicio del embarazo trató de ser amable nuevamente pero aún así no me sentía bien, no quería cocinar, lavar, los olores me perturbaban y mucho menos quería tener sexo. Entonces él se molestaba y volvió a ser violento, me obligó a tener relaciones, comenzó a abusar de mí. Llegaba de su trabajo en la noche y me decía violentamente que me quitara la ropa y si me negaba me golpeaba.
Pasaron los nueve meses de embarazo y al nacer Mariana, -la hija de Judith- él intentó nuevamente ser agradable pero ya después de tanto maltrato y de las violaciones de las cuales Judith era víctima, le tenía pánico a su pareja.
“Yo quise siempre que mi hija se criara en una familia pero fue creciendo y se dio cuenta que su papá me gritaba y me maltrataba e intentaba defenderme. Un día después de una fuerte golpiza que me dio, mi hija se metió y él la golpeó; le pegó por la cara a la niña, por eso al día siguiente cuando él se fue a trabajar ella me pidió que nos marcháramos de la casa y así hicimos. Tomamos nuestras cosas y me fui a la casa de mi hermana.”
Luego de irse de la casa el esposo la buscaba, la llamaba y acosaba hasta enterarse en qué lugar se encontraban su mujer y su hija; Judith decidió amenazarlo en varias oportunidades con denunciarlo. A pesar de todo lo que vivió junto a él no quiso delatarlo ante las autoridades por ser el padre de su hija. Esto duró 13 años.
“Me estoy viendo con un psicólogo, quien me está ayudando pero para mí el abuso sexual fue algo que así tenga ayuda de psicólogo y de psiquiatra no lo voy a poder olvidar, es algo asqueroso. El hecho de que tengas que estar con una persona que no quieres porque te golpea y maltrata es horrible; es desagradable sentir que te penetra, no encuentro las palabras para describirlo”.gf
Entrevista testimonial realizada en julio de 2015 para la cátedra Educación Sexual en el Periodismo, dictada por la Lic. Jenny Marques en la Universidad Católica Santa Rosa.
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Talento estudiantil
Cada lunes y martes nuestra página Tema del Día presenta entrevistas testimoniales realizadas por estudiantes de Comunicación Social para la cátedra Educación Sexual en el Periodismo, dictada por la Lic. Jenny Marques de la Universidad Católica Santa Rosa.
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Adriana Abal/ Aridny Mendez,/ Shirly Zerpa