¡Hades no rectifica!

El sistema no está quebrado, fue creado para ser así. El Hades nace con su olor a azufre, atrayendo a los malditos y cobardes a sus límites para así, una vez en el Inframundo, ser trasladados por Caronte a su nuevo paradero tormentoso. Su Rey obra para doblegar; sus órdenes responden a la maldad que le es inherente a su existencia… ¿Hades en las Islas Elíseas? ¡Jamás! ¿Sísifo agasajado por Cronos? ¡Estupidez! Aquello que nace, responde a su esencia y más tarde, a sus decisiones.

Estamos en tiempos de oscuridad, donde una nube abraza y sofoca nuestro paisaje nacional, tratando de subyugarlo a sus sombras. Se ha permitido la entrada de un asesino a nuestro propio hogar, y ciertas criaturas rastreras acarician sus botas, haciendo creer que no sólo es eso “bueno”, sino que debemos convivir con él, y estar resignados a recibir migajas – que al final llevan a la misma trampa –.  Es momento de aceptar nuestros roles y comprender que la organización criminal que tomó por asalto el Poder y sus secuaces – la MUD –, no pueden ser obedecidos ni un segundo más. Cada día que esta utopía política y mediática sigue con vida, nuestra respiración se hace más pesarosa… el aire se vuelve ajeno a nuestra existencia.

La clase política actual es perniciosa para la Libertad en Venezuela. Sus patrañas beatificadas como cultura, han alterado la percepción del hombre y de lo que lo compone: la sublime fusión entre Apolo y Dionisio, es ahora carroña que se preocupa por sólo respirar el humo que alcanza y no por erigirse de tal manera que su olfato se deleite con los aires de la Libertad. Las líneas que hoy trazo a lo largo de la Nación son hiladas para evidenciar que el régimen no rectificará, por su misma naturaleza e intenciones; y todo aquello que quiera esconder este hecho, es porque forma parte de la dictadura.

No hay marcha atrás. Es hora de sobreponer nuestra Libertad, nuestra dignidad y nuestro honor, a los intereses de las élites decadentes, que buscan subsistir artificialmente a cuesta de las esperanzas de los individuos. El régimen narcocomunista no rectificará – como algunos ferviente y vilmente alegan –, puesto que su naturaleza es destructora, esclavizadora y criminal – por encima de todo –. La MUD, por otro lado, anhela que la población crea que una élite de criminales puede cambiar por el bien de todos; pero, ¿por qué? Pues, su vida depende de la legitimidad que reciba. Sin esclavos que le obedezcan, la clase política actual no tiene equilibrio alguno.

Hades no rectifica, tampoco las dictaduras. Si Hades existe para albergar y castigar cobardes, malditos y pillos en sus tierras; entonces, las dictaduras son para controlar, esclavizar y aniquilar. La Oposición Teatral, miembro honorífico de la clase política decadente, mantiene férreamente que es “normal” unirse (pactar) con el enemigo – visión clientelista de la política –, para luego engañar diciendo que el narcocomunismo puede cambiar. Esto es una mentira indiscutible, puesto que el régimen tiene un objetivo: destruir al hombre en todo aspecto, para instaurar su realidad.

Debemos tener claro que las dictaduras en la modernidad son completamente anticonstitucionales. Están creadas no para dirigir – en base a los ordenamientos jurídicos –, sino para someter por la fuerza, perpetuarse y pudrirse en el aparato estatal. Es decir, todo aquello que provenga de sus métodos, servirá para afianzarse más en el Poder. En nuestro contexto, esto es una realidad absoluta. No existe una tal “democracia bananera”, ni “dictaduras democráticas”… entonces, valiéndonos de la metáfora del título de este artículo: mucho menos un “Hades virtuoso”.

Por más que haya una élite de “intelectuales” que trate de lo contrariarlo: el marxismo secuestró todas las instituciones estatales y la cultura. Es ahora totalmente necesario decir que estamos contra todo un sistema creado y destinado para destruir al humano – irónicamente, su necesario receptor para subsistir –. No podemos someternos a las reglas del Hades y tratar de cambiarlo. El mundo de la clase política MUD-PSUV está configurado para beneficiarle siempre; por eso en cada proceso ganan más fuerza sus verdaderos deseos y se acercan más a ser reales, ¿o acaso habría alguna diferencia que uno de sus más reconocidos miembros – aquél que dijo que “ciertas personas” jamás gobernarían Venezuela –, al dictador que hoy secuestra el Poder? Son iguales empírica, ideológica y despreciablemente.

¡Señores, Hades no rectifica! Él es el Rey del Infierno y moverá su mano sólo para extender su reino y aumentar la cantidad de almas rastreras que lo recorren. La clase política no se desplegará si no es para su propio beneficio: jamás lo hará para el restablecimiento de la visión real del país. Debemos encontrar nuestro valor agregado para luchar con él (y por él). Nuestro camino es claro, conciso y realista; no jugamos con atemporalidades, ni con la vida de los demás – mucho menos con la nuestra y la de nuestras familias –. Erramos demasiado tiempo, como para seguir haciéndolo adrede porque “hay que salir de los rojos como sea”. Ahora, nuestra Vida va primero que todo.

¡Libertad o nada!

Por @RafaelValera_ de @VFutura

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