Cataluña se acerca a su hora decisiva con el cierre este viernes de la campaña de las elecciones regionales del domingo, en las que los independentistas esperan conseguir una amplia victoria para poner la primera piedra para separarse de España.
Sobre el papel, son sólo unas elecciones regionales para renovar el parlamento de esta región industrial del noreste de España, de 7,5 millones de habitantes, entre los Pirineos y el Mediterráneo.
Pero en las dos semanas de campaña, los líderes nacionales desembarcaron en Cataluña, empezando por el jefe de gobierno conservador Mariano Rajoy, que este viernes tuvo un guiño hacia la región.
El presidente regional, el independentista Artur Mas, pretende convertir los comicios en un plebiscito a favor o en contra de constituir una nueva República Catalana en 2017, elevando el tenso pulso mantenido con Madrid desde hace tres años.
Sin embargo, Saénz de Santamaría ya advirtió este viernes que “dentro de la Constitución y la ley nos entendemos, y nos entendemos bien. Fuera de la Constitución, no hay capacidad de entenderse“.
El domingo hace falta “un voto masivo por el sentido común y la responsabilidad”, reclamó Rajoy, insistiendo en que “Cataluña no será independiente”.
Los últimos sondeos apuntan a una mayoría parlamentaria de los independentistas, que rozarían el 50% de sufragios. Pero según José Pablo Ferrándiz, del instituto demoscópico Metroscopia, solo un 20% o 25% de los catalanes son realmente independentistas.
Muchos quieren lanzar una “bala de fogueo”, que “le permitirá tener una mejor posición para negociar” más autonomía, dice.
Mucho dependerá del “post 27-S”. En una entrevista con la AFP, Artur Mas reconoció que todavía era posible negociar un nuevo referéndum. Sin embargo, si obtienen la mayoría de votos, “el referéndum ya se habrá hecho”, advirtió.
La clave la tendrá el gobierno formado tras las elecciones legislativas de diciembre, donde Rajoy podría perder el poder. Mientras, el resto de españoles se preocupan poco por Cataluña, centrados en problemas como el desempleo superior al 22%.
AFP