El hampa trae por la calle de la amargura a los vecinos del sector La Placita en El Nacional debido a que al menos un asalto es efectuado por los choros que patrullan la zona.
Consecuentemente se ven robos de día y de noche; no obstante, la oscuridad que se adueña de las calles luego de las 6:00 pm ha creado una especie de toque de queda en toda la localidad.
‘‘Persona que esté fuera de su casa después de las 6:00 o 7:00 pm está propensa a ser robada’’, aseguró un trabajador de la comunidad. El terror a causa de la inseguridad los tiene presos’, pues ‘‘ir a la bodega a comprar un refresco o salir a esperar el autobús significa un peligro latente.
Transitar el sector a pie o hacerlo en un transporte público o personal es indiferente. Residentes explican que los malandros ‘‘no discriminan a la hora de robar. Caminando te atracan motorizados o gente a pie, y en el autobús se montan hasta 3 tipos para asegurarse de que todos los pasajeros den hasta las llaves de la casa’’.
Nohemy Gonzáles, vecina de La Placita, comentó que los cuerpos de seguridad se olvidaron de hacer su trabajo, pues hace tiempo que no ven vehículos policiales haciendo la respectiva ronda de seguridad. ‘‘Si la policía hiciera el mismo patrullaje que hacen los malandros la zona fuera más segura’’.
De igual forma, Gonzáles informó que a mediados de la semana una persona fue atracada en plena vía frente a su casa . ‘‘Aquí venía pasando un muchacho el miércoles y lo interceptaron dos malandros para robarle el celular’’.
Según declaraciones de otro morador, la delincuencia del lugar también afecta a los niños de la zona, en especial a los alumnos de la UEE El Nacional. ‘‘Estos muchachitos salen a las 5:00 pm y en el camino a sus casas pueden ser víctimas de robos también’’.
La misma persona señaló que recientemente una niña fue secuestrada en las adyacencias del centro educativo, pero ‘‘gracias a Dios apareció a los dos días’’.
Nohemy Gonzáles hizo un llamado a las autoridades competentes en el tema de la seguridad con el fin de que haya más presencia policial en el sector y así poder disminuir los índices de criminalidad.
Las escaleras son un peligro
Cerca a la vía principal del sector están unas escaleras que se comunican con otra zona del lugar. No tienen una baranda o algún sistema de protección que evite las caídas , motivo por el cual representan un peligro para quienes hacen uso de ellas diariamente.
‘‘Por allí pasan muchos adultos mayores y da miedo que mientras caminan se caigan. Una persona de la tercera edad no aguanta una caída desde tanta altura, aunque hace tiempo un señor rodó escaleras abajo y logró salvarse de milagro’’.
Los accidentes subiendo o bajando, se multiplican cada vez que caen los fuertes chaparrones porque los escalones se tornan muy resbalosos. ‘‘Hasta que no haya un muerto por un accidente de este tipo no van a hacer ningún trabajo allí’’, comentaron.
Solo agua de lluvia
Irónicamente el único momento en el cual ven agua en abundancia es cuando llueve. Días y hasta semanas deben transcurrir para que el flujo se ‘‘normalice’’ por unos días en el sector.
‘‘Yo imagino que en todas las comunidades de Miranda pasa lo mismo; ahorro de agua al 100 %. La molestia de nosotros es que nos pongan el agua cada diez o doce días, cuando antes solo la racionaban por uno o dos’’, enfatizó Gonzáles.
Noches a oscuras
Diciendo ‘‘presente’’ en la lista de innumerables problemáticas, el alumbrado público también causa problemas a los habitantes de la comunidad. Hay metros y metros de calle sin una luz que alumbre el paso a vehículos y peatones, motivo por el cual corriendo deben pasar antes de ser alcanzados por algún amigo de lo ajeno.
El único destello de luz proviene de las casas construidas al borde de la carretera; sin embargo, no todas tienen un bombillito colgado en la fachada.gf
Frederick Ortiz / @FredoCorleone_