¿Qué es prioritario para Venezuela?

Leandro Rodríguez Linárez

Una de las causas de la Venezuela insegura, empobrecida y caotizada ha sido la desatención a sus principales necesidades, desde siempre la visón gubernamental no coincide con lo que es prioritario para el pueblo, estos últimos se han conformado con gestiones públicas prácticamente improvisadas. El expresidente de Brasil Luis Ignacio Lula Da Silva una vez señaló que “El Estado es para los pobres” refiriéndose a la urgente necesidad de socorrer la pobreza, no adornándola, sino haciendo que ésta pueda ser superada, que las políticas sociales y demás ayudas públicas tengan como principal fin el que los pobres dejen de ser pobres, así no depender nunca más de este tipo de políticas ni ayudas, con esta visión logró sacar definitivamente de la pobreza a más de 20 millones de brasileños. En nuestro país las políticas sociales tienen dos desafortunadas vertientes; en primer lugar son la ambulancia detrás de medidas económicas desacertadas y en segundo lugar se han aplicado con miras clientelares, de dependencia a los gobiernos, asegurándose así fidelidad partidista por parte de quienes la reciben.
Nos preguntamos ¿Qué es prioritario para Venezuela? Nuestra nación necesita de un liderazgo asertivo, cónsono con lo que somos, con lo que tenemos, que permita el desarrollo de todas nuestras potencialidades en recursos y bellezas naturales, sobre todo, humano.
La educación y la salud deben ser ejes de importancia primaria cuya conducción jamás deben desplazarse a segundo plano, estos sistemas deben ser eficientes, transparentes, acordes las exigencias reales de desarrollo y modernidad. Nuestro país necesita apoyarse en el trabajo criollo, sin limitaciones, ni condicionantes, que cada quien se dedique a lo que sabe, que las políticas sociales y las “ayuda públicas” lleven consigo el apoyo a esas capacidades, repetimos, sin condicionantes de ningún tipo, que desde un pequeño zapatero, carpintero, una costurera, un mediano o grande empresario pueda ver crecer el producto de su esfuerzo, que no se vean obligados a organizarse o asumir formar productivas impuestas por gobiernos locales, regionales, ni nacionales, que cada venezolano sea libre de ejercer lícitamente su derecho al trabajo en la forma o manera que elija.
Lamentablemente, el liderazgo que Venezuela hoy exhibe se encuentra divorciado de lo que necesitamos, para estos es prioritario la organización partidista, la verticalidad política, la reelección indefinida, una nueva división político-territorial en función a nuevas autoridades creadas, el centralismo de las tomas de decisiones, la afinidad internacional, en fin, asuntos que en nada generan respuestas a las verdaderas exigencias de seguridad, salud y bienestar económico que clamamos los venezolanos.
Mientras que los venezolanos sigan respondiendo pastorilmente a los gobernantes nada mejorará, por el contrario, seguiremos decayendo cada vez más a prisa ¡Valoremos a los políticos y gobernantes que planteen y concreten soluciones reales a los problemas reales del país!

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