Cada semana llegan menos presentaciones reguladas a los comercios altomirandinos

17-17-H
Controles de precios han agudizado desabastecimiento de alimentos

Dos horas de cola hizo Carmela para comprar dos kilos de arroz regulado blanco de mesa tipo I valorado en Bs. 25 cada uno, pero cuando logró ingresar al local lo que había era de ajo La Japonesa en Bs. 130 el kilo, llevando a la compradora a desistir de la adquisición.

Como ella cada día son más las personas que salen decepcionadas de supermercados y abastos altomirandinos porque, según denuncian, cada semana despachan menos productos regulados a los anaqueles, haciendo que el presupuesto rinda menos.

“El kilo de pollo beneficiado está fijado en Bs. 65, pero eso no cubre ni siquiera el empaque del producto , por lo que en carnicerías no se encuentra por menos de Bs. 1.000; incluso en los mercados a cielo abierto donde, cuenta la leyenda, se encuentran mejores ofertas, no te venden nada de carne o pollo por menos de Bs. 1.250. La diferencia es abismal”, dijo Mirna Reyes, habitante de La Matica.

–Hasta hace tres años uno con mil bolívares en el mercadito de la antigua avenida Arvelo hacía mercado; ahora eso no alcanza ni para llevarse el combo de tres kilos de alitas que ofrecen en Bs. 1.500 y se va en una comida para una familia promedio de cinco personas, como es el caso de mi casa. Allí ya no se encuentra ni un solo producto regulado porque los comerciantes no tienen cupo en los mataderos (…)Tengo más de un mes maquinando cómo hacer las hallacas sin dejar pegados mis aguinaldos.

La opinión fue compartida por Sabrina Salazar, habitante de La Macarena Sur, quien quedó impactada cuando en una bodega ubicada por su casa le estaban ofreciendo el pote pequeño de mayonesa en Bs. 300, cuando hace un par de semanas lo llevó por 200.

“Es una locura: todas las semanas los artículos aumentan de precio y los que regulan simplemente se pierden del mapa, tal como ocurrió con el cartón de huevos y más recientemente con el pernil”, dijo la secretaria, quien añadió que pocos son los comerciantes que respetan los precios establecidos por el Gobierno.

–El kilo de harina de maíz precocida cuesta 19 bolívares pero cuando vas a la bodega del barrio no te la ofrecen por menos de 100 y como no tengo tiempo de estar haciendo seis horas de cola para ver si corro con la suerte de adquirir el paquete, me toca pagar más de la cuenta con todo y la frustración que eso me produce.

Precios controlados

vs realidad

Un paquete de 900 gramos de leche en polvo debería ser ofrecido en Bs. 64,49 pero la realidad es que las amas de casa pagan hasta mil bolívares por el producto.

“Cuando uno tiene chamos pequeños y debe salir a trabajar para que no te descuenten el día ni el cestaticket, terminas cayendo en las garras de los revendedores que con una sola venta ya hacen su día”, dijo Rafaela Lira, habitante de El Encanto.

–Ni siquiera los mercados del Gobierno tienen la suficiente mercancía para cubrir la demanda y cuando surten los estantes uno tiene que mentalizarse a pasar no menos de medio día haciendo cola para acceder a una unidad. El Gobierno está por una lado y el pueblo por el otro, porque una cosa es que fijen un Precio Máximo de Venta al Público (PMVP) pero la realidad es que cada quien vende con el numerito que más le convenga y si uno se ve necesitado no va a estar escatimando.

Gilda Marcano, quien este martes se retiró del Mercal de la calle Ricaurte al ver lo extenso de la cola, señaló que ni el Gobierno aguanta la inflación. “Hasta hace nada el litro de aceite te lo vendían en 9 bolívares y ya va por 50. Obviamente soy conciente y apoyo que sinceren los precios, pero hay que buscar que la balanza no se incline a ningún lado; es decir, ni regalado ni que le saquen a uno los ojos por un artículo”.

Ser bella cuesta

Dice el refrán que para ser bella hay que ver estrellas pero ahora hay que ver es la cuenta porque la inflación no escatima en ningún rubro. “La pintura de uñas más barata está en 300 bolívares y la acetona pequeña ya marca 1.000 en Farmatodo que se supone que trabaja con dólar preferencial”, dijo Macaria Moreno, que en 50 años de vida dice que optará por dejar de pintarse las uñas.

–Quien me conoce sabe que soy muy coqueta y acostumbro a combinar el color de mis uñas con el de mi atuendo, pero con esta crisis en lo que se me acabe mi suministro me tocará estar con las uñas al natural. Hasta el título de las más bellas del planeta lo vamos a perder por esta crisis existencial.

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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