Alicia en el país de las maravillas sigue fascinando después de 150 años

ALICIA Una exposición en la Biblioteca Británica traza cómo la historia y sus personajes cobraron rápidamente vida propia después de la publicación del libro en 1865, inspirando a músicos y a los primeros cineastas

Un siglo y medio después de su publicación, la obra clásica “Alicia en el país de las maravillas”, del británico Lewis Carroll, sigue fascinando a los lectores e inspirando a los artistas.

Una exposición en la Biblioteca Británica traza cómo la historia y sus personajes cobraron rápidamente vida propia después de la publicación del libro en 1865, inspirando a músicos y a los primeros cineastas.

Los visitantes deambulan por grandes espejos distorsionados e ilustraciones que les guiarán a través de la trama del libro, antes de descubrir la historia de cómo se convirtió en un clásico.

James Devine, de 66 años, habló con entusiasmo del libro al recordar leerlo cuando era un niño en los años 1950 en Glasgow.

“Es fascinante. Te lleva a otro mundo. Me encantó, especialmente el gato de Cheshire,” dijo Devine a la AFP. “A uno le apetece dejarse llevar por él”.

La exposición comienza explicando cómo nació la historia: un día de verano en Oxford en 1862, Charles Dodgson, un profesor de matemáticas que tomó el seudónimo de Lewis Carroll, hizo un viaje en barco con una niña de 10 años llamada Alice Liddell, y sus hermanas, y les contó la historia.

El centro de la exposición es el manuscrito original de Carroll con 37 ilustraciones cuidadosas y presentado a Alice en 1865 con la dedicatoria “un regalo de Navidad a una niña querida, en recuerdo de un día de verano”.

Alice Liddell vendió el manuscrito por un precio récord en 1928 a un coleccionista estadounidense, pero acabó siendo donado al Museo Británico después de la Segunda Guerra Mundial “como expresión de agradecimiento a un pueblo noble que mantuvo a Hitler a raya durante un largo período sin ayuda”.

Dodgson revisó el manuscrito original, sacando pasajes personales y añadiendo nuevas secciones, para acabar publicándolo con el seudónimo de “Lewis Carroll”.

“Lewis Carroll era tan encantador, imaginativo y atractivo en la misma medida que el tutor Charles Dodgson era aburrido, soso y severo”, resumió la escritora belga Amelie Nothomb.

El libro se publicó finalmente en noviembre de 1865 con unas ilustraciones del artista John Tenniel que iban a convertir en icónicos a sus personajes.

“Ahora es parte de nuestra conciencia cultural”, dijo Helen Melody, una comisaria de la exposición de la British Library.
“El texto de la historia es muy rico, pero no contiene muchas descripciones … hay mucho margen para hacer diferentes interpretaciones, para imaginarla de maneras diferentes”.

AFP

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