En Navidad se reporta el mayor número de personas que inician el consumo de drogas

CLIAD EFECTOS DE LAS DROGAS SOBRE EL CUERPO HUMANO (LÁMINA)
Marihuana, cocaína y éxtasis son las sustancias más consumidas durante la temporada, cuando los controles de los padres suelen decaer dando pie a que adolescentes sean tentados a probar algo “estimulante”

“Si quieres rendir como un toro y que esa chama no se olvide de ti jamás tienes que probar la cocaína; además te relaja y hace que rindas más”, le dice Richard a Jorge, último que está nervioso por su primer encuentro sexual.

La presión social de sus compañeros de quinto año de bachillerato, quienes dicen haber tenido relaciones sexuales en múltiples ocasiones y diferentes parejas, lleva al adolescente de 16 años a presionar a su vez a su novia de 15 años, a quien le pide en medio de un pacto adolescente tener sexo el 24 de diciembre de 2013.

La jovencita accede sin mayor reparo, por lo que Richard decidió probar la droga que un par de años después lo llevó a un centro de rehabilitación, donde no lo visitan amigos ni novias; está solo luchando contra la adicción que creyó poder controlar.

El relato se repite en cientos de jovencitos venezolanos, según lo asegura el profesor Hernán Matute Brouzés, coordinador de la Cátedra Libre Antidrogas (CLIAD) del Instituto Pedagógico de Caracas (IPC), quien añade que estudios e investigaciones internacionales validadas por autoridades académicas, legales y administrativas avalan que durante la Navidad se registra el mayor número de personas que se inicia en el consumo de drogas.

— En esta época de Navidad las ventas al menudeo de la droga se suelen disparar hasta en 50 % aprovechando la acumulación de fiestas de fin de año, la poca vigilancia, control e información de los padres, la liberalidad de la Navidad y la ausencia del resguardo o protección que genera la relación escuela-maestro-profesor por estar de vacaciones. Además, hay mucho circulante y disponibilidad de dinero en manos de los jóvenes y existe la propensión a no escatimar gastos, siendo el alcohol, la marihuana, la cocaína (crack-piedra, perico, bazuco) y el éxtasis los más consumidos en esta época.

La situación es plenamente conocida por los comerciantes de sustancias ilícitas, quienes se preparan para hacer su agosto. “No solo se hacen estos camellos (individuo que compra con antelación la droga, la mezcla y reduce para venderla) y jíbaros (vendedor al detal), con más drogas en diciembre con respecto a otros meses, sino que la adulteran más aprovechando la mayor demanda y que la gente que se inicia no sabe muy bien lo que están comprando, así que lo van a consumir. De hecho, es común que den gato por liebre a los consumidores nuevos”, explicó Matute.

–Tradicionalmente los consumidores alegan que la droga de diciembre está muy cortada y su calidad es muy mala. No obstante, los que consumen por vez primera no se dan cuenta de este hecho. Por tal motivo, camellos y jíbaros se transforman en timadores y los consumidores terminan consumiendo drogas con mezclas aún más peligrosas para el organismo que por su complejidad no puede procesarlas.

 Necesidad automática

Una vez que se inicia el consumo de drogas es muy difícil parar. Más que una cuestión de fuerza de voluntad, se trata de un proceso cerebral según explica Matute.

–El cerebro convertirá el consumo de drogas en una necesidad automática, compulsiva e inconsciente. Al tolerar tolerar y no poder adaptarse a esta sobrecarga de estimulación queda desprotegido y en minusvalía, lo que deriva en la destrucción de las neuronas volviéndose dependiente y lo que es peor, cada vez necesitará de más drogas para alcanzar los mismos niveles de placer, y lo que antes generaba satisfacción comienza a ser una necesidad para llenar vacíos. De esta manera, los circuitos cerebrales son impactados alterándose, degradándose y funcionando muy mal o dejando de funcionar con las consecuencias y efectos letales como fallos de la memoria; el proceso de aprendizaje se dificulta, se ve afectado el juicio, la toma de decisiones y la persona pierde el control de la conducta fomentando así el hábito y la adicción con el deterioro progresivo de la salud física y mental (psíquica).

Johana Rodríguez – jrodriguez@diariolaregion.net / @michellejrl

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