Aterrorizados se encuentran los habitantes de el conjunto residencial El Encanto ya que tras la falla en el alumbrado público de la comunidad, los antisociales han comenzado a hacer su Niño Jesús con las pertenencias de sus víctimas.
Luego que el sol se oculta, la vía principal es el escenario apropiado para la grabación de una película de terror, puesto que la disfuncionalidad de los bombillos y lámparas hace que la carretera y caminerías queden como una boca de lobo.
Quien pase a pie por dichos tramos en horas de la noche se convierte en presa fácil de los choros, quienes han encontrado en las residencias de El Encanto un atractivo punto para resolver sus estrenos decembrinos.
La comunidad entera eleva su voz en señal de denuncia para que las autoridades competentes como Corpoelec, tomen responsabilidad por el asunto y comiencen con la refacción del sistema eléctrico, así como también a los cuerpos policiales con el objeto de ponerle coto a la delincuencia que los azota.
Frederick Ortiz
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