El último arrecho

La idea no es andar en la angustia de no saber si cuando nuestros electores se meten solos en los centros de votación, van a actuar en contradicción con la esencia de su ser, o llevados por resentimientos

Estar arrecho y con impotencia, obligado a callar lo que desde tiempo vengo gritando por todos los lugares y apoyando con este pequeño esfuerzo, haciendo de tripas corazón para evitar el colapso y ahora ver el desastre con la pérdida de la asamblea, produce más arrechera haber sido pitoniso con mi desgracia, frente a una situación que lo que necesitaba era lucha.
Predije a los golpistas ahora legalizados, violando todas las normas establecidas; se instalaron en la asamblea, para hacerme consumir en la impotencia, cuando siento que en poco aportaron mis esfuerzos para solucionar, a excepción de saber dónde están las culpas. A pesar que advertí de mil maneras, los responsables seguían insistiendo en esa forma confusa de hacer, lo que sabían no es revolución. Sin embargo un combatiente traga grueso, se levanta y empieza a enderezar la carga, recorrer otra vez el camino; deseando que la lección haya servido y que de ahora en adelante sea distinto.
Voy a proponer como siempre (la muestra está en 15 años escribiendo en este tiempo de Chávez), reforzar el pensamiento crítico de ahora en adelante, a menos que la circunstancia exijan otra táctica para.
Propuesta: en lugar de convocar para cuantificar, como es costumbre del capitalismo, que asistamos conscientes a las actividades, buscar la forma (que no es fácil) de llevar al pueblo a debates de formación, mesas de trabajo que permitan ir preparando a los revolucionarios que se necesitan en lo que estamos construyendo, para, en lo menor posible, no estar en dudas, cada vez que tengamos una elección.
La idea no es andar en la angustia de no saber si cuando nuestros electores se meten solos en los centros de votación, van a actuar en contradicción con la esencia de su ser, o tienen resentimientos que hacen el voto nulo, ignorando el llamado, o no acuden por falta de consistencia revolucionaria.
La conciencia es una condición que no se pueden obtener de la alienación que proporciona el sistema capitalista; se construye en un proceso de formación que exige la revolución y sólo en ella es posible conseguir.
En definitiva, esta arrechera no se me pasará, necesito otra vida para recuperar la opción de seguir construyendo. Patria o muerte, venceremos y hasta la victoria siempre. Sin patria no quiero vida. Hazte conciencia.

Antonio Machuca
aporrea.org

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