Reciclaje de fracasos

Hay que cambiar para producir, pero no con esas maromas populistas y engañosas de los cultivos organopónicos o de la ruta de la empanada y los gallineros verticales

Comenzamos un nuevo año con los problemas agudizándose. Esa es la pura realidad y no se puede ocultar con maniobras publicitarias ni aspavientos patrioteros. Los venezolanos seguimos atormentados por la escasez, la inflación y la inseguridad. Ese es el “trío mortal” para todos los ciudadanos, sin excepción, porque nadie escapa a sus embates.
El pueblo está muy claro de quiénes son los responsables de este desastre. Sin embargo, no se quiere desgastar en retaliaciones, lo que busca son soluciones para esta crisis en la que el gobierno se atasca cuando recicla a los mismos “enchufados” de siempre en un cacareado gabinete de estreno que viene siendo lo mismo de estos últimos 16 años. El mismo modelo fracasado, ni siquiera le cambiaron el empaque. Lo más alarmante de las designaciones del pasado miércoles, es sin lugar a dudas, el del oráculo del gabinete económico, Luis Salas, para quien “la monetización del déficit no es fuente de la inflación”. Prácticamente dijo que el alto costo de la vida, la devaluación y el desabastecimiento son consecuencias de la “guerra económica”, argumento manido y desgastado, que no se tragó nadie, en un país arruinado y asaltado por funcionarios hipercomprometidos con la corrupción.
Es verdaderamente deplorable que se persista en empujar a Venezuela hacia una catástrofe. Y no vengan ahora con la excusa de que “cayeron los precios del petróleo”. La verdad es que aun con altos precios del crudo, esta tragedia se venía incubando en los desatinos fanáticos, populistas y destapados de gobernantes que solo piensan en sus intereses personales o responden a sus compromisos con fórmulas políticas que nada tienen que ver con la suerte que deseamos para nuestra nación. Despilfarraron una colosal fortuna.
Esa es la triste realidad que no esconderán detrás de las cortinas, pretendiendo entretener a una ciudadanía cansada de tantas mentiras. Ya todo el mundo está ubicado, estamos pisando tierra, porque nos confrontamos a diario con el miedo o el pánico que produce la desbordada inseguridad que este mismo gobierno engendró. Lidiamos en los abastos con la carestía de la vida y sabemos que ya el petróleo no puede ser “el paño de lágrimas”, porque este gobierno incompetente desaprovechó la oportunidad de oro que tuvimos. Hay que cambiar para producir, pero no con esas maromas populistas y engañosas de los cultivos organopónicos o de la ruta de la empanada y los gallineros verticales. ¡Qué pena con el Libertador Simón Bolívar! porque hoy día en el mundo no se habla de Venezuela por sus hazañas, sino por las colas y por la mala fama de narcotraficantes. Es hora de reivindicar al Padre de la Patria.

Mitzy C. de Ledezma

Salir de la versión móvil