Muy bien arreglada y ataviada con sus mejores vestidos, hace acto de presencia en la sala de su casa. Cortés como pocas y más amable que nadie, se dispone a rememorar pasajes de su vida comenzando desde su nacimiento. ‘‘Mi nombre es Rosa Emilia Oviedo de Gil’’, dice, aquella maestra normalista y profesora de castellano que por 61 largos años de carrera como educadora, ha visto pasar por sus manos a gran parte del ciudadano tequeño.
Quien naciera el 5 de abril del año 1935 en la capital mirandina, ya carga a cuestas una inmensa maleta de experiencias e historias que solo un puñado de personas se jactan de haber vivido, justamente porque desde sus primeros pasos ya apuntaba hacia una sola dirección: ser maestra.
‘‘Desde que comencé a estudiar en la UE Jesús María Sifontes sabía que quería ser maestra, ya que en la medida de lo posible intentaba imitar a María Teresa de Nezer, directora de la escuela para aquel en entonces, y a Perla Ettedgui, mi maestra de primer grado’’, comentó con gracia, mientras comenzó a enumerar las ocurrencias que de niña la llevaron por el camino de la docencia.
Rosa, muy joven, se esmeraba por emular a la perfección la vestimenta usada por su maestra Perla, a tal punto que en su casa usaba todo tipo de telas para recrear el manto utilizado por la docente en horas de clase. ‘‘La situación llegó a tal punto que hasta unos lentesitos con alambre me hice para copiar los que ella usaba’’, relató entre risas.
Sin embargo, y aunque ya se disponía a trazar un rumbo imborrable en la historia de la educación en Miranda, Oviedo cuenta que de no haber sido docente, le hubiese encantado ser enfermera. ‘‘Para poder ingresar en la Escuela Normal Eulalia Buroz y sacar el título de maestra normalista, me exigían tener 14 años, por lo cual tuve que esperar un tiempo; yo me dedique a sacar sangre en la Unidad Sanitaria e iba a comenzar a trabajar, sin embargo mi mamá me lo prohibió’’, confesó.
Comienzo profesional
Su extenso transitar en el área de las enseñanzas inició en el Instituto Pre Orientación en Caracas, donde por 3 cortos meses laboró atendiendo a los jóvenes de la institución como maestra de primer grado. ‘‘Rosita’’, como era conocida, calificó aquella experiencia como una práctica, antes de ingresar a la UE Luis Correa.
En dicha institución atendió al alumnado de primero, cuarto y sexto grado por muchos años, hasta que la escuela fue nacionalizada en el año 1959 y es enviada a trabajar en uno de los planteles que marcó su vida como profesional: el Grupo Escolar República del Paraguay.
Su arribo a una de las escuelas más importantes del estado le cambió la vida: allí vivió durante 20 años como maestra de aula, para luego recibir un ascenso hacia la subdirección y posterior dirección del centro educativo, donde concretó 36 años de incansable labor.
Preferencias marcadas
Quien en el año 2005 recibiera su jubilación, resaltó que entre ser directora y ser maestra, claramente prefiere la labor de aula, alegando que el contacto con los alumnos la llena de satisfacción.
‘‘Si un profesor falta, yo le hago la suplencia’’, afirmando que ‘‘estar en el día a día de los estudiantes es lo que le ha permitido mantenerse activa en su vida laboral.
De igual manera, ‘‘la abuela rosita’’, como hoy en día es recordada por el pueblo de Los Teques, señala con tesón una de sus convicciones. ‘‘Para ser maestro hay que tener vocación y eso es algo con lo que se nace’’, dice, recalcando que según su posición, hoy en día solo hay facilitadores en las aulas.
Legado
Habiendo fundado la UE María Teresa de Nezer en 1951, como homenaje a la directora de la escuela donde cursó estudios primarios, quien hoy funge como su máxima representante, asegura que la misma institución y el haber implantado una filosofía de vida en los estudiantes a su cargo, forman parte de su interminable y extenso legado.
‘‘Quedar en la memoria de todos mis alumnos a través de mi labor es suficiente para mí’’, indicó aquella maestra que con su impecable estampa y encomiable trabajo sigue revolucionando la definición de educación a nivel estadal.
Frederick Ortiz
[email protected] / @FredoCorleone_
