La disolución de la AN

El Legislativo es una institución enferma que hay extirpar o cambiar y para esto nuestra Constitución tiene mecanismos democráticos

Nuestro cuerpo funciona como consecuencia de la coordinación ordenada de varios sistemas que lo integran, tales como el sistema digestivo, el sistema muscular, el sistema endocrino, el sistema nervioso, el sistema óseo… Evidentemente, no puede existir  independencia entre uno y otro, dado que nuestra vida sería una locura. La armonía del cuerpo humano está supeditada al equilibrio del funcionamiento de todos los sistemas que lo conforman. De esta manera,  el ser humano podrá presentarse ante sus congéneres con una salud aceptable y una sensatez síquica que le permitirá compartir dentro un entorno social.
Es tal la perfección del funcionamiento de nuestro organismo que en oportunidades, por algún abuso que suelen cometer ciertos irresponsables o, por un accidente o, por cuestiones genéticas, uno de nuestros órganos puede sufrir un daño irreparable. En estos casos la ciencia médica recomienda extirparlo o hacer un trasplante para salvar al enfermo y de esta manera lograr que el cuerpo malogrado  se recupere y en el futuro lograr su anhelado y sano equilibrio.
Así como funciona el cuerpo humano, de igual manera ocurre con la sociedad. Todas las instituciones que la integran deben actuar de manera coordinada y así evitar la anarquía. Si alguna de estas entidades escoge tomar el camino de la autonomía se convertirá en una institución enferma que hay que cambiar o extirpar.
Me da la impresión que el adeco Ramos Allup desconoce que el pueblo decidió elegir una nueva AN, a pesar de la equivocación masificada debido a una eficaz manipulación,  con la función específica de elaborar leyes y legislar para beneficio de la mayoría y no para derrocar al Presidente.  Si catalogamos con detenimiento los nuevos integrantes de la nueva AN nos daremos cuenta que entre sus miembros hay unos cuantos con vocación golpista, otros que estuvieron comprometidos con el sabotaje petrolero, otros encumbrados en las recientes guarimbas y muy pocos con vocación legislativa.
Observo con asombro la manera como se está desempañando la AN y la retórica golpista del adeco senil, por lo que considero que el edil tomó un camino desafortunado. Pareciera que el desgastado adeco está dirigiendo unas hordas de ediles pertenecientes a una organización autonómica que nada tienen que ver con las instituciones vinculadas con la buena marcha, la paz y la tranquilidad del país. Venezuela, para transitar en armonía, al igual que los sistemas del cuerpo humano, sus instituciones deberán trabajar en coordinación En caso contrario la anarquía nos arruinará.
Según vislumbro el futuro (a pesar de no ser taumaturgo), ni el Presidente podrá gobernar dado que el adeco está empeñado en sabotear su labor en la AN y esta tampoco podrá legislar, porque el pueblo no va consentir que este cuerpo legislativo redacte y aplique leyes en menoscabo de los derechos y los logros de los venezolanos. Como consecuencia de la existencia de una AN que impide al gobierno cumplir con sus funciones y de una AN conformada por golpistas y guarimberos, que no legisla en consonancia con las necesidades del pueblo que lo eligió, lo que nos espera es un total desconcierto.
Tal como afirmé anteriormente, los médicos recomiendan la extirpación o el trasplante de los órganos que no tienen cura, de esta manera se podrá asegurar que el cuerpo humano en el futuro se recuperará. Esto mismo está ocurriendo en Venezuela. La AN continuamente está impidiendo que el país tome el camino de la prosperidad, a pesar de la baja de los precios del petróleo, de la guerra económica, de los bachaqueros, del contrabando, de los saboteos financieros, de las mentiras de la prensa internacional, de la injerencia descaradas de gobiernos extranjeros, etc., y no deja que el gobierno actúe y lo peor: continuamente sabotea su labor. Esto quiere decir que la AN es una institución enferma que hay extirpar o cambiar y para esto nuestra Constitución tiene un mecanismo democrático. El artículo 236 en el apartado 21, que entre las atribuciones y  obligaciones del Presidente de la República  señala:
“Disolver la Asamblea Nacional en el supuesto establecido en esta Constitución”.
No soy constitucionalista ni nada que se le parezca, pero juzgo que si el constituyente introdujo este artículo en nuestra Carta Magna, el presidente podrá hacer uso de sus atribuciones y extirpar el órgano que tanto daño le está haciendo al país. No permitamos que nos envuelva el caos y la anarquía, esto nos conducirá hacia nuestra propia destrucción.

Enoc Sánchez
aporrea.org

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