Comerciantes vislumbran “negras” las ventas por temporada carnestolenda
Las toreritas para complementar los coloridos trajes rondan los Bs. 1.500, mientras que las máscaras oscilan entre 500 y 3 mil bolívares en los pocos tarantines que las exhiben en los Altos Mirandinos
Sin mirar para los lados. Así están las amas de casa venezolanas, quienes dedican el presupuesto exclusivamente a la compra de productos básicos: alimentos, artículos de higiene personal y de limpieza del hogar.
“Primero, lo poco que exhiben en los anaqueles es sumamente costoso, por lo que no se puede inventar, y segundo, con la situación país los venezolanos no estamos para festejar nada sino para buscar las maneras de sobrevivir a la penosa situación que estamos atravesando”, dijo Mariana Pérez, vecina de El Trigo, quien este jueves recorrió cinco locales en busca de aceite sin obtener resultados favorables.
–Quien tenga cuatro dedos de frente está pendiente de tener la despensa llena para alimentar a su familia. Yo tengo dos chamos y con mucho dolor no los disfrazaré; como son niños, lo que disfrutan es el compartir que le hacen en la escuela donde les pintarán las caritas y harán juegos en el patio porque saben que con la situación tan difícil como está no pueden inventar.
La situación es plenamente conocida por los comerciantes, quienes han tenido que cambiar de ramo para mantenerse con las puertas abiertas, tal y como lo explicó Rodrigo Peralta, encargado de una tienda que antes durante la última semana de enero exhibía coloridos trajes para los consentidos del hogar.
-Nadie es ajeno a los problemas económicos que estamos viviendo. En mi caso, traía los disfraces desde Colombia pero con el tema del control cambiario pasé dos años trabajando con lo que tenía en inventario; este año me quedan un par de trajes que los tendré adentro para ofrecerlos a quienes pregunten. Este año que pasó sobreviví vendiendo uniformes escolares y estampando franelas para diversos planteles.
Su relato se refleja en las vidrieras de los locales de los Altos Mirandinos, donde son pocos los que ofrecen mercancía carnestolenda, como se vio al recorrer reconocidos centros comerciales.
“No vale la pena comprar un disfraz de Thor que no puede ser vendiendo en menos de 15 mil bolívares porque se va a quedar frío”, explicó Gabriel Tejano, vendedor de un local del Centro Comercial La Cascada, quien detalló que la mercancía alusiva al Rey Momo puede ubicarse con mayor facilidad en las piñaterías.
-Hay una situación generalizada de escasez, nadie cuenta con un amplio inventario, y sin dólares para adquirir mercancía uno vive el día a día. Muchos compañeros han pasado de ser vendedores de carteras y zapatos a comercializadores de comida porque eso es lo que se está llevando la gente.
Ventas heladas
“Este año las ventas no están frías sino congeladas”, dijo entre risas María Gómez, quien tiene una venta de trajes de baño en las minitiendas de La Hoyada, en Los Teques.
-Era fijo que para esta fecha se incrementara la venta de trajecitos para los niños y de ropa playera para los adultos, pero la realidad es que la gente pasa y cuando mucho pregunta los precios pero luego sigue su camino con las bolsas de comida.
Aparte de la falta de interés por parte de muchos altomirandinos, los precios no incentivan, como apuntaron varios compadradores potenciales consultados.
“Me niego a pagar 6 mil bolívares por un traje de baño en el que no utilizan ni un cuarto de metro de licra porque es un hilo y la parte de arriba mínima”, confesó Dayana González, quien agregó que “con el cuento de la devaluación y el control cambiario hay muchos vendedores que especulan”.
-Es una maldad que un disfraz que en 2013 se podía llevar por 500 bolívares y en 2015 costaba 4.000, este año no baje de Bs. 12.000. Es una festividad para los niños y acaban con la ilusión al no poder complacerlos no porque uno sea pichirre, sino porque literalmente la plata no alcanza para adquirir algo más que no sea lo básico, más cuando se vive apenas con un poco más de un sueldo mínimo y se tiene un hijo pequeño.gf
Johana Rodríguez jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl