Bombas confiscadas a Boko Haram estallaron accidentalmente el jueves en el cuartel de la policía en la ciudad nororiental nigeriana de Yola, con un saldo de cuatro muertos y varios heridos, entre ellos niños cortados por vidrios rotos, dijeron las autoridades.
Niños llorado, padres gritando y vendedores aterrorizados comenzaron a correr cuando un funcionario advirtió sobre la posibilidad de una segunda explosión en el barrio de Jimeta. La estación policial está en un área comercial y rodeada por un mercado, la prisión principal, una oficina de correos, una estación de televisión y dos escuelas primarias.
Carros de bomberos y ambulancias llegaron a la escena de la explosión. La oficina de la unidad anti explosiones de la policía nigeriana quedó derruida, al igual que varios edificios contiguos en el complejo policial.
La poderosa explosión destrozó ventanas en varias manzanas a la redonda.
«Las bombas eran parte de varias confiscadas a Boko Haram», le dijo el vicesuperintendente Othman Abubakar a The Associated Press, y negó que hubieran sido colocadas.
Socorristas recuperaron cuatro cadáveres y transportaron al menos 20 niños heridos y otras personas al hospital, dijo PR Nigeria, una agencia que disemina las declaraciones del gobierno.
La agrupación extremista islámica Boko Haram ha atacado la ciudad numerosas veces. Ataques suicidas en octubre en Yola en la principal mezquita y en noviembre en una estación de camiones mataron a 64 personas e hirieron a 180.
Yola, capital del estado de Adamawa, está llena de refugiados desplazados de sus viviendas por la rebelión armada de Boko Haram, que ha causado 20.000 muertes en seis años y se ha extendido más allá de las fronteras de Nigeria.
AP
