La Chica:“Aceptar los berrinches de los niños es enseñarles a pedir cosas de esa manera”

Si el niño descubre que al hacer berrinches consigue lo que desea, los repetirá con frecuencia.
Si el niño descubre que al hacer berrinches consigue lo que desea, los repetirá con frecuencia.

La especialista egresada de la Universidad Central de Venezuela (UCV) con postgrado en Dinámica de Grupos, ofrece tips a los padres para que practiquen ser firmes sin que esto implique una carencia de afecto

Tirada en el piso mientras grita, la pequeña Paola exige en pleno centro comercial que le compren un helado. Con cinco años ya conoce los artilugios de la manipulación y aunque ninguna lágrima corre por sus mejillas, sus muecas llaman la atención de quienes caminan por el mall.

La primera opción de la madre es ignorarla. Sigue viendo las vitrinas con la esperanza de que la nena se calme. No funciona. Procede a apelar a su lado racional: le explica de la manera más simple posible que no puede comer dulce hasta que no almuerce. “Sí te lo voy a comprar pero más tarde”.

El berrinche, lejos de cesar, se acrecienta, al punto que la ya desesperada progenitora accede a comprar el helado, lo que calma lo que pareciera un ataque de ira de la pequeña que con barquilla y sirope de chocolate adicional en mano exhibe una sonrisa que delata su pequeña victoria.

La escena es típica en chamos entre 4 y 5 años, no por esto es aceptable, por lo que deben ser combatidos oportunamente para evitar que los niños internalicen que es la manera efectiva de pedir las cosas, según explica la psicóloga clínica Hilda Mar La Chica, que tras recibir a cientos de padres en su consulta que no saben cómo lidiar con esta recurrente situación, estará ofreciendo una conferencia en Caracas el venidero 23 de abril.

“Normalmente cuando los niños realizan berrinches es con la finalidad de conseguir algo, eso está bien cuando el niño no tiene  la capacidad de manejar el habla pero si maneja el lenguaje hay otras maneras de pedir las cosas que no sea con pataletas, y si el padre le quita el berrinche complaciéndolo, el niño va aprender a pedir las cosas de esta manera”, explicó.

Ante estos escenarios la primera acción a ejercer por los representantes es explicar cómo deben pedirse las cosas. Una vez que entienda cómo hacerlo y el niño lo ejecute, el adulto sí debe acceder y complacer la petición, reforzando así positivamente cómo debe dirigirse a sus mayores cuando quiere o necesita algo. “Es enseñarles con el ejemplo cómo deben comportarse para obtener lo que desean”.

Del mismo modo, la experta asegura que el cambio de conducta se puede lograr utilizando técnicas basadas en la disciplina positiva, siendo firmes y amables al mismo tiempo, basados en el respeto mutuo mientras se establecen límites.

“Muchas veces desvinculamos la disciplina en los niños con manifestaciones de afecto, pero hay que tener claro que poner límites constituye un acto de amor. Si bien es cierto que hay conductas que responden a un momento evolutivo del niño, no significa que no vamos a hacer nada para disminuir su ocurrencia”, precisó.

–Un ejemplo recurrente son los berrinches, los cuales no van a desaparecer por sí solos si el niño se da cuenta que a través de ellos obtiene lo que quiere. Se trata entonces de ofrecer otras alternativas al chamo para que sea efectiva su demanda en términos más respetuosos. Si desde temprano no frenamos comportamientos que justificamos por la edad del menor, cuando sea más grandecito ya será una conducta instaurada y difícil de modificar.

Ante este escenario es vital que los padres comprendan cómo los niños van adquiriendo y aprendiendo conductas para luego desplegar acciones que disminuyan comportamientos poco aceptables como gritos, berrinches y golpes, mientras que aprender a aumentar las conductas prosociales.

“Hay que revisar los patrones de crianza, así como los efectos negativos que conlleva la desautorización entre los adultos, la inconsistencia en los límites y su impacto en la conducta”, puntualizó.

Toma nota

Evitar un berrinche no siempre es posible. Si se desata, una vez que pase, tu hijo necesitará que lo abraces y le hagas sentir seguro, ya que perder el control puede asustarlo. Puedes abrazarlo pero no cambies las reglas después de un berrinche. Si le dijiste que era hora de irse del parque y respondió con una rabieta, sigue siendo hora de irse cuando se le pase. Pero una vez que sabes lo intensos que son sus sentimientos, puedes reconocerlos y procurar hacer que la partida sea menos dolorosa, ofreciéndole leerle su cuento favorito cuando lleguen a casa.

Para mayor información sobre la conferencia que se efectuará en Altamira puede seguir a la doctora a través de Instagram, Twitter y Facebook como @dralachica.  

Johana Rodríguez-jrodriguez@diariolaregion.net/@michellejrl

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