Fuentes sobre el terreno explicaron a la agencia de noticias oficial siria, SANA, que los cadáveres presentaban signos de torturas.
Los milicianos e ingenieros del Ejército sirio encontraron la fosa cuando llevaban a cabo labores de «peinado» en el barrio de Masaken al Yahizia, en el extrarradio nororiental de Palmira, que se ubica en el este de la provincia central siria de Homs.
La labor de recuperación de cadáveres en esa zona todavía continúa.