Soldados del ejército y socorristas trataban de rescatar el sábado a veintenas de residentes atrapados después que un par de intensos terremotos en el sudoeste de Japón que mataron al menos a 41 personas, hirieron a unas 1.500 y dejaron a miles sin agua ni electricidad.
Se pronosticaban lluvias durante la noche, lo que amenazaba con complicar las operaciones de rescate y desencadenar más deslizamientos en pueblos rurales aislados, cuyos residentes aguardaban ser rescatados de entre los restos de casas desplomadas.
La policía en la Prefectura de Kumamoto informó el sábado por la noche que 32 personas murieron por el sismo de magnitud 7,3 y los remezones que sacudieron la región de Kumamoto en la isla de Kyushu la mañana del sábado.
Otros nueve murieron por un temblor de magnitud 6,5 que golpeó la misma área el jueves por la noche.